La gente se automedica por pudor, lo que podría generar la detección tardía de un cáncer de colon.
Probablemente sea una de las afecciones más ignoradas, a pesar de estar entre las más comunes.
Las hemorroides, también llamadas almorranas, son venas hinchadas en el ano y en la parte inferior del recto, similares a las venas varicosas.
Pueden desarrollarse dentro del recto (hemorroides internas) o debajo de la piel alrededor del ano (hemorroides externas).
Los principales síntomas son molestias, en el caso de las hemorroides internas, y hemorragia, en las externas. Dependiendo de su tamaño, se clasifican por grados: uno, cuando no sobresalen; dos, las que desaparecen espontáneamente; tres, se reintroducen manualmente; y cuatro, son más grandes y permanentes.
Según el médico español José Manuel Devesa, para el diario El País, las de grado uno se curan con tratamiento médico en un 60%, corrigiendo hábitos inadecuados y, en casos concretos, ayudándose con laxantes y pomadas. A partir del grado dos, o cuando la solución farmacológica no basta, se hace necesaria la intervención quirúrgica.
“Cuando las hemorroides sangran o cuando el paciente tiene molestias suficientes, conviene tratarlas cuanto antes”, explica Devesa.
Si las hemorroides son más grandes se requiere la extirpación quirúrgica o hemorroidectomía, que se practica con anestesia local o epidural y provoca distintos grados de molestias en el posoperatorio. La recuperación es distinta en cada paciente.
Los médicos admiten que con frecuencia ocurre que a un paciente se le extirpan sus hemorroides, pero desarrolla otras al cabo de un tiempo.
Al respecto, Devesa indica que “la mayor parte de la gente consulta cuando ya tiene hemorroides que prácticamente ocupan toda la circunferencia del ano, y si se tratan adecuadamente no queda sitio para que se desarrollen otras en el futuro”.
Datos de la Clínica Mayo indican que casi tres de cada cuatro adultos tendrán hemorroides de vez en cuando. Las hemorroides tienen varias causas, pero a menudo la causa se desconoce.
Ricardo Loría Arévalo, cirujano general con subespecialidad en coloproctología, dice que solo en su consultorio, 8 de cada 10 personas que acuden a él presentan problemas de hemorroides.
De acuerdo a Loría, “las hemorroides llegan a generar síntomas como sangrado, dolor, picazón, incomodidad al caminar y en la sedestación (posición de verticalidad a través del apoyo de su pelvis sobre la base de sustentación, total o parcial, a diferencia de la bipedestación, que es la verticalidad a través del apoyo de los miembros inferiores)”.
En caso de no tratar las hemorroides, Loría asegura que pueden presentarse complicaciones como el prolapso completo de las hemorroides, dolor, sangrado, trombosis hemorroidal. “Puede ser muy doloroso e incapacitante”, dice. La experiencia en el tema y con los pacientes le ha mostrado a Loría que por un tema de idiosincrasia las personas se automedican.
“Por temor o pudor, no acuden a un profesional de esta área, lo que agrava este problema”, lamenta.
El experto aclara que el hecho de presentar un sangrado rectal no siempre es atribuible a un problema de hemorroides, pero reconoce que este es un síntoma principal de esa enfermedad.
Sin embargo, alerta con que pueden darse otros problemas asociados, como el cáncer de colon, una enfermedad silenciosa que cuando presenta síntomas, lo hace ya en una etapa avanzada.
Para Loría es importante dejar claro que las hemorroides no se convierten en cáncer, sino que existe el cáncer de recto, que puede confundirse con hemorroides.
“Es importante concienciar a la población. Acudir a un especialista en el área de coloproctología, en etapas tempranas de la enfermedad, no solo evita complicaciones, sino desenlaces que pueden ser irreversibles”, avisa. Hay que estar pendiente, sobre todo porque “la mitad de la población que tiene más de 30 años va a presentar algún problema de hemorroides alguna vez”, agrega Loría.
Por lo general, el estreñimiento es la causa de las hemorroides, es así que lo ideal es atacar el estreñimiento.
“Y para prevenir el estreñimiento primero hay que determinar la causa, que puede ser desde una simple falta de aporte de fibra, hasta una enfermedad muy avanzada, que es el cáncer de colon”, dice Loría.
Sin embargo, desde una perspectiva amplia, cree que la causa principal de este problema es la mala alimentación, con alimentos ricos en conservantes y alta carga química.
Dice que un tacto rectal es el primer paso en este tipo de exploración en una consulta, a fin de buscar un diagnóstico correcto.
“Este, a su vez, podrá determinar el grado de la enfermedad, así como también permitirá un diagnóstico diferencial de otras enfermedades, que son ya muy frecuentes en nuestro medio, como es el cáncer”, aseveró Loría.
PARA SABER
Envejecimiento, un factor de riesgo
A medida que las personas envejecen, aumentan el riesgo de sufrir hemorroides. Se debe a que los tejidos que sostienen las venas en el recto y el ano pueden debilitarse y estirarse. Esto también puede ocurrir durante el embarazo.
Complicaciones: son raras pero pueden ocurrir
A veces, las hemorroides pueden desencadenar en anemia, por la pérdida de sangre; hemorroides estrangulada, con dolor extremo; y coágulo sanguíneo o hemorroide trombosada, muy doloroso.
Por salud, ir al baño y no estar aguantando
Si las personas esperan demasiado tiempo para evacuar y el impulso desaparece, la materia fecal podría secarse y ser más difícil de evacuar. No hacer esfuerzos ni contener la respiración al defecar. /Con datos de EL PAÍS.
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