Cada año se producen unos 390 millones de contagios de dengue en el mundo, según la OMS.
América sigue librando una dura batalla para contrarrestar el avance del dengue en la región. A medidas como la eliminación de criaderos de zancudos y la fumigación, se suma ahora una técnica inusual: liberar comunidades de mosquitos ‘vacunados’ con una bacteria, a través de drones, en zonas con alta incidencia de la enfermedad.
El innovador experimento —cuyos beneficios reconocen las autoridades de salud con motivo de la conmemoración este 26 de agosto de 2022 del Día Internacional contra el Dengue— se desarrollará desde septiembre en Cali, la tercera ciudad más grande de Colombia, que en 2019 registró 15.000 casos de dengue, un 15% del total notificado en un país en el que se calcula que más de 25 millones de personas están en riesgo de contraer la enfermedad. En lo que va de este año, la cifra llega a 1881.
Pero, ¿cómo entender que sean los propios aedes aegypti, transmisores del dengue, el zika y el chikunguña, los encargados ahora de frenar estas enfermedades?
Ana María Vélez, representante de World Mosquito Program (WMP), lo hace ver sencillo: «Estos mosquitos transmisores, que se liberan de forma controlada en zonas con alta incidencia del dengue, son portadores de una bacteria llamada wolbachia, que interrumpe su capacidad para transmitir las enfermedades entre las personas».
A partir de septiembre, WMP en colaboración con la secretaría de Salud de Cali, liberarán —por primera vez en América— entre 150 y 200 zancudos adultos portadores de la bacteria en distintos puntos de la ciudad, a través de un dron de 8 motores y 2 metros de largo, que guiado por un GPS reconocerá con exactitud las zonas en las que se hacen necesarios esos ‘nuevos’ mosquitos.
Aunque será la primera vez que se usarán drones, esta técnica de liberar zancudos con wolbachia ya ha sido probada con éxito en países como Brasil —uno de los más afectados por el dengue—, donde la bacteria ha conseguido reducciones significativas del número de casos.
Esto se debe a que la misma «se transmite de generación en generación por línea materna. Es decir, las nuevas generaciones de mosquitos nacerán con wolbachia, para así sostener la bacteria en el tiempo. Estudios demuestran que la bacteria puede permanecer hasta por 50 años en una misma zona«, asegura la experta.
En el caso de Cali —donde los casos de dengue son endémicos pues hay cerca de 100 por cada 100.000 habitantes—, la liberación con drones constituye la tercera fase de una apuesta que comenzó en 2019 con otro tipo de liberaciones de mosquitos.
Una estrategia que hasta ahora ha impactado a unas 800.000 personas. «Con esta nueva fase se impactarán 300.000 personas más, lo que representaría en total a cerca de la mitad de la población caleña», sostiene Vélez.
Una ardua batalla
Las liberaciones de zancudos con wolbachia se convierten en un nuevo paso en la lucha contra una epidemia que en América tuvo en 2019 un año récord en términos de casos y que afectó especialmente a Brasil y Centroamérica, con más de 3 millones de casos y 1.500 muertes.
Aunque las autoridades en América estiman que durante la pandemia se generó un subregistro de casos de dengue —una de las enfermedades «que más congestiona el sistema hospitalario», en palabras de Vélez—, este año países como Brasil, Perú y México elevaron de nuevo sus números.
Brasil, por un lado, suma en lo que va de 2022 (con cifras hasta julio) 752 muertes por dengue, lo que supone una media de 25 fallecimientos por semana, de acuerdo con recientes datos del Ministerio de Salud.
La cifra es un 205,6% superior a la provocada por la enfermedad en 2021, lo que refleja el recrudecimiento de la enfermedad.
Asimismo, en ese lapso el país registró 1.288.403 casos de dengue. Un número 195,3% superior al del mismo periodo del año anterior y más del doble del contabilizado en todo 2021 (543.657).
Los peruanos, a su turno, se vieron obligados a lanzar en abril pasado una alerta epidemiológica ante el incremento sostenido de casos con elevada letalidad, que —hasta la duodécima semana del año— había superado los picos más altos de notificaciones registradas en los últimos cuatro años.
Hasta ese momento, los contagios llegaban a 20.491, una tasa de incidencia de 61,35 por cada 100.000 habitantes.
En México, las cifras también encendieron las alarmas de las autoridades: en lo que va de 2022 se han confirmado 3.134 casos, un aumento del 78,5% respecto al mismo periodo de 2021, según cifras de la Secretaría de Salud federal.
A esto se suman 8 fallecimientos, 3 más de los contabilizados en el mismo lapso del año pasado.
Otros países como EE.UU. están a la expectativa de lo que ocurra en el resto de la región. Aunque en Miami-Dade se han reportado tres casos de dengue autóctono, las autoridades ya están tomando precauciones ante la posible aparición de más contagio producto de la inmigración.
La situación en Centroamérica
Centroamérica ha sido una de las regiones más afectadas por el dengue. Honduras, por ejemplo, suma un total de 14.764 casos de dengue y 6 personas muertas por la enfermedad en lo que va de 2022, según la Secretaría de Salud.
Del total de casos, 14.485 enfermos corresponden al tipo clásico, mientras que los pacientes por el hemorrágico o grave suman 279.
Cifras que preocupan toda vez que en 2021 Honduras registró al menos 8 muertes por dengue y más de 14.000 personas con la enfermedad del tipo clásico y cerca de 1.000 del grave.
En Nicaragua, por su parte, ingresaron a los hospitales 2.624 personas con fiebre sospechosa de dengue, entre enero y junio pasados, de las cuales 303 fueron casos confirmados.
Y aunque este año no se han presentado fallecidos, el dengue constituye la quinta enfermedad epidémica con más casos de hospitalizaciones, solo superado por la malaria vivax, las lesiones por animales transmisores de rabia, la malaria y la leishmaniasis.
En El Salvador, son 12.427 los casos sospechosos de dengue este año, 9.460 casos más que los contabilizados en 2021. De ese total, 52 son confirmados y se reportan 1.477 hospitalizaciones.
Mientras que en Panamá se han confirmado en lo que va de año 3.831 casos, de los cuales 3.422 son sin signo de alarma, 399 con signo de alarma (hemorrágico) y 10 casos de dengue hemorrágico grave. Solo se ha presentado una muerte.
Suben los casos en Cuba
Cuba reportó en una semana cuatro veces más casos que en el primer semestre. El pasado miércoles, las autoridades informaron la detección en una misma semana de 11.634 casos reactivos de dengue, 3,8 veces más que los positivos notificados en el primer semestre del año (3.036).
El Gobierno alertó también sobre el incremento de los focos de reproducción del aedes aegypti y, a inicios de julio, reveló que la isla batió por segundo año el récord de puntos de reproducción del mosquito del dengue en 15 años, por lo que calificó el escenario epidemiológico como «complejo».
Las cifras preocupan no solo a varios países de la región. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que cada año se producen unos 390 millones de contagios de dengue en el mundo, mientras que alrededor de 1.000 millones de personas estarán expuestas a enfermedades como la fiebre del dengue a finales del siglo XXI, conforme aumenta la temperatura global, según un estudio de la revista especializada Plos Neglected Tropical Diseases.
Para Vélez, sin embargo, estrategias como el uso de la wolbachia suponen un motivo de esperanza en la ardua batalla que América libra contra el dengue y una técnica más sostenible y amigable con las comunidades.
«Estamos ante una enfermedad que se ha venido presentando en picos que cada vez se ven más reducidos —dice—. Antes, los veíamos presentarse cada cuatro o cinco años. Y ahora los vemos repetirse cada dos o tres años. Aún nos falta mucho, pero es una batalla que podemos ganar».
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