El corazón conservado en formol de Don Pedro I, el monarca portugués que declaró la independencia de Brasil en 1822, llegará por primera vez al país desde Oporto, como parte de los festejos del bicentenario planificados por el presidente.
De cara a buscar su reelección en los comicios del 2 de octubre, el mandatario de ultraderecha recibirá el martes en un acto oficial el corazón en formol del primer jefe de Estado del Brasil independiente, que será llevado al Palacio de Itamaraty, sede de la cancillería.
La idea de traer el corazón, que se conserva desde 1835 dentro de un frasco de vidrio y en un cofre bajo cinco llaves en la Iglesia de la Virgen de Lapa, en la ciudad portuguesa de Oporto, fue de una de las fanáticas bolsonaristas que aún reconoce a la Familia Real.
Se trata de la médica oncóloga Nise Yamaguchi, quien se hizo famosa en la pandemia por recomendarle a Bolsonaro, como una asesora informal, el uso de hidroxicloroquina como una suerte de prevención contra la Covid-19, pese a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) rechazó su uso.
“Fue una propuesta aprobada por Bolsonaro y con ayuda de la Familia Real”, dijo Yamaguchi, conocida por haber sido expulsada del hospital privado donde trabajaba luego de haber hecho una analogía entre el nazismo y el tratamiento contra el coronavirus.
En un comunicado, la cancillería brasileña informó que el corazón llegará el lunes en un vuelo de la Fuera Aérea Brasileña desde Oporto y que será exhibido en el Palacio de Itamaraty hasta el 8 de septiembre.
El Gobierno brasileño -a diferencia del resto de los países latinoamericanos en sus festejos del bicentenario- no preparó actos ni grandes homenajes o por lo menos hasta el momento no los divulgó.
Si bien se desconoce la agenda completa para el día del Bicentenario, Bolsonaro anunció que pretende participar de un desfile militar en Brasilia en la mañana.
También anticipó que habrá otro desfile para los seguidores que apoyan su reelección, a realizarse ese mismo día por la tarde en la playa de Copacabana, en Río de Janeiro.
Sin embargo, el propio Ejército canceló esa posibilidad por temor a que militantes del mandatario avancen para reclamar un autogolpe militar o cometan algún acto de violencia para atribuírselo a la izquierda, según relata este sábado el medio O Estado de Sao Paulo, en base a un informe de inteligencia.
La llegada del corazón
La llegada del corazón de Don Pedro I busca avivar el patriotismo, sobre todo porque el movimiento monarquista es aliado del bolsonarismo: uno de los descendientes de la familia real es el diputado Luiz Philippe de Orléans e Braganca, que aún es llamado príncipe o heredero del trono, pese a que Brasil proclamó el sistema republicano desde el golpe militar del 15 de noviembre de 1889 contra la corte real y el emperador Pedro II.
Brasil se volvió la capital del Imperio Portugués en 1808, cuando la corte del entonces monarca Joao VI y mudó el centro real de Lisboa a Río de Janeiro al escapar de las tropas napoleónicas que invadieron la península ibérica.
Sobre Don Pedro I
En 1921, Don Pedro I asumió como príncipe regidor en Brasil tras el regreso de su padre de Lisboa, pero por cuestiones políticas, económicas y presiones internas se lanzó a trabajar por la independencia brasileña en sintonía con lo que venía ocurriendo entre las vecinas excolonias españolas.
La Declaración de la Independencia fue firmada el 7 de septiembre de 1822 en el arroyo de Ipiranga, San Pablo, adonde había llegado desde Río de Janeiro a caballo, en un episodio que es recordado en pinturas oficiales con gran heroísmo, pero que los cronistas de la época atribuyen a una diarrea que lo dejó debilitado aunque con impulso político para separarse de su familia.
Don Pedro I dejó en 1931 el trono del Imperio del Brasil a su hijo Don Pedro II para retirarse a la guerra civil portuguesa. Murió en 1934 y sus restos fueron alojados en la Iglesia de Lapa, Oporto.
Sus huesos fueron llevados a Brasil en 1971 por una misión del entonces dictador Emilio Garrastazú Médici, que los colocó en el mausoleo en el Parque Independencia, en el barrio de Ipiranga, San Pablo, como una forma de reinstalar la narrativa monarquista de que la independencia fue un tránsito pacífico.
Es que la independencia total de Brasil se logró un año después, el 2 de julio de 1823 en Bahía, tras las guerras que la corona portuguesa emprendió en el noreste buscando dividir el Imperio.
El corazón nunca salió de Oporto y no está exhibido públicamente.
El Gobierno de Portugal se comprometió a fabricar una caja especial para el transporte del órgano y la vidriera en la cual será expuesto en el Palacio de Itamaraty, en Brasilia.
El Concejo Deliberante de Oporto debió autorizar el viaje del corazón del líder de la independencia brasileña en medio de acusaciones de la izquierda de que esta cesión beneficiaría a Bolsonaro en las elecciones del 2 de octubre.
Fue el propio Don Pedro I que pidió que el corazón permaneciera en Oporto, donde trabó la guerra civil contra su hermano una vez que dejó a Brasil independiente y bajo el Gobierno de su hijo Don Pedro II, que asumió con cinco años de edad y comandó el Imperio de Brasil hasta 1889.
- La nieta de Elvis Presley presentó una demanda para paralizar la subasta de la mansión Graceland - 21 de mayo de 2024
- Abinader insta a gran pacto nacional en República Dominicana - 21 de mayo de 2024
- Asamblea General reconoce mayor participación de Palestina en la ONU - 10 de mayo de 2024
Publicaciones relacionadas:
- Gobernadores de los 27 estados de Brasil asumen y esperan reunión con Lula
- Los líderes latinoamericanos, EEUU y la Unión Europea condenaron el intento de golpe de Estado en Brasil
- Actos golpistas: Rosa Weber defiende el papel de la Corte Suprema
- Ayuso: Declaraciones de Lula sobre María Corina «apestan» a machismo