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Vie. Nov 15th, 2024
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Parte de una familia acomodada, su futuro parecía estar en la política, pero cuando descubrió el cine no lo pensó dos veces. Y terminó marcando una época.

En general, los actores que dejan una huella en Hollywood tienen un proyecto en su currículum que se convierte en su mejor carta de presentación: ese rol que les valió un éxito, un premio o simplemente -y para nada menor-, un recuerdo en el inconsciente colectivo. Ese trabajo que, con solo nombrarlo, enseguida la memoria nos transporta al personaje, a su nombre de ficción o a alguna escena. Y este es el caso de Elisabeth Shue, una legendaria actriz que en la década del 80 encontró su esplendor, y no sólo tiene uno de esos roles bisagra e inolvidables para atesorar, sino dos: Karate Kid Volver al futuro.

Interpretar a la novia de Daniel Larusso en la saga de karate y el amor de Marty McFly en la trilogía de viajes en el tiempo, la pusieron en boca de todos. Pero no solo fue “la novia de”, también tuvo sus propios méritos. Transmitía magnetismo desde la pantalla y pasó a ser la varita mágica de los directores, porque cada proyecto en el que se embarcaba lo convertía en oro, aún sin llegar ser la protagonista absoluta. Y con todo eso de su lado, durante las dos últimas décadas del siglo XX, a Elisabeth no le faltó nunca trabajo.

Elisabeth Shue en sus inicios
Elisabeth Shue en sus inicios

Shue nació el 6 de octubre de 1963 en Wilmington, Estados Unidos. Desde temprana edad estaba destinada a ser parte de grandes cosas. El destino le tenía preparado una carrera artística que, en principio, no se imaginó. En cuanto a sus primeros años, fueron dentro de una familia de clase media acomodada. Su papá era agente inmobiliario y hasta incursionó en política, presentándose como candidato al Congreso como senador, pero finalmente no ingresó. Por su parte, su madre era la vicepresidenta de un banco privado.

Más allá de que no le faltaban cosas materiales, su primera tristeza llegó a sus 9 años, cuando sus padres se divorciaron y ella se fue con su mamá y sus tres hermanos a vivir a las afueras de Nueva Jersey. En ese entonces, el deporte fue parte de su vida, lo practicaba con el colegio y no le interesaba otra cosa más que eso. Se volvió su refugio. Según contó en alguna oportunidad, jugaba muy bien al fútbol y al tenis. A este último deporte se sigue dedicando hasta el día de hoy, de manera amateur. En su adolescencia, de hecho, pensó en dedicarse de lleno e incursionar profesionalmente en alguna de estas disciplinas. Pero finalmente no lo hizo. Prefirió ir para otro lado, tal vez, siguiendo deseos de su padre.

Elisabeth Shue en Karate Kid
Elisabeth Shue en Karate Kid

Apenas terminó la secundaria en el Wellsley Collage, uno de los colegios estadounidenses más prestigiosos, se anotó en la Universidad de Harvard para seguir ciencias políticas. A la par, tuvo sus primeros acercamientos al mundo artístico como modelo publicitaria. Ese universo le empezó a llamar la atención y se fue metiendo cada vez más en el mundo de la actuación.

Su debut fue en 1982, con una pequeña participación en la película televisiva The Royal Romance of Charles and Diana. Ese fue su puntapié y la posibilidad de dejar de estudiar, aunque años más tarde, ya siendo una figura reconocida, retomó para terminar la carrera. Nunca ejerció, siempre supo que su pasión era la actuación, pero fue una manera de darle el gusto a sus padres, que siempre soñaron con el título.

Elisabeth Shue con Tom Cruise en Cocktail.
Elisabeth Shue con Tom Cruise en Cocktail.

El gran salto lo dio en 1984, con tan solo 21 años, cuando la convocaron para ser una de las protagonistas de Karate Kid. Allí se puso en la piel de la novia de Daniel LaRusso (Ralph Macchio). Su destacado trabajo la llevó a tener continuidad. En 1987 protagonizó Adventures in Babysitting y un año más tarde Cocktail junto al galán del momento, Tom Cruise.

En 1989 se sumó a Volver al futuro II, también con un rol destacado. En este film fue Jennifer Parker, la novia de Marty McFly (Michael J. Fox). Llegó casi por casualidad, pero no dudaron en convocarla por lo que valía como actriz. Sucede que en la primera entrega ese lugar lo ocupó la actriz Claudia Wells, pero se bajó de la segunda entrega porque a su mamá le habían diagnosticado cáncer y decidió alejarse para compartir mucho más tiempo con ella. Este lamentable hecho le dejó el lugar vacante a Elisabeth.

Elisabeth Shue en Volver al futuro
Elisabeth Shue en Volver al futuro

Y como era de esperarse, tras el estreno de la película, su exposición volvió a explotar. Fue el gran empujón para posicionarse. Sin ir más lejos, en 1990 formó parte de Volver al futuro III, pero un doloroso episodio fue un golpe directo al corazón. Como le sucedió a la protagonista de la película original, ella también pasó por una tristeza familiar que repercutió en su carrera: la muerte de William Shue, su hermano. Elisabeth ya había comenzado las grabaciones cuando el hombre se mató en un accidente de tránsito.

Por ese motivo es que su incursión en esa entrega fue menor. Se tomó unos días tras ese desenlace, y cuando regresó lo hizo esporádicamente. Todo esto mientras el rodaje seguía su curso. De alguna manera, ese fue un antes y un después: abruptamente su exposición se terminó, más allá de que siguió trabajando incansablemente. Lo que sí evitó fue ir a eventos y mostrarse espléndida como hasta ese entonces. Algunos críticos de la época aseguraron que su carrera venía en descenso: los papeles similares en ambas películas, siendo la novia de los protagonistas, la encasillaron. Elisabeth no se detuvo en eso y lo siguió intentando.

Elisabeth Shue en El hombre sin sombra
Elisabeth Shue en El hombre sin sombra

A partir de entonces vinieron películas como Soapdish (1991) y Heart and Souls (1993), como sus principales proyectos, para demostrar que la magia seguía intacta. Por otro lado, fueron tiempos en los que buscó refugio en el teatro, siendo una figura de Broadway en obras como Some American Abroad Birth and After Birth.

En 1994 se casó con el director Davis Guggenheim, su actual pareja y con quien tuvo tres hijos. Un año más tarde fue nominada al Oscar gracias a su trabajo en Leaving Las Vegas, film con el que regresó al podio, en 1995. Pero tras ese paso, sorpresivamente entró en una nebulosa. Lo más destacado, también en el cambio de milenio se dio en El hombre sin sombra, junto a Kevin Bacon.

Elisabeth Shue con su pareja, Davis Guggenheim y dos de sus hijas
Elisabeth Shue con su pareja, Davis Guggenheim y dos de sus hijas

En 2010 protagonizó Pirañas, típica película comercial, pero que le ayudó a volver a estar vigente. Ya más acá, ella también se subió al caballo de Cobra Kai, la serie de Netflix con la que todos aquellos actores que marcaron una época reaparecieron, con algunos años más, pero con la misma fuerza de siempre.

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