A diferencia de las relaciones abiertas, en esta no solo se involucra intimidad sexual, sino afectiva. El compromiso es importante.
La monogamia no es la única forma de relacionarse sexual o afectivamente, a pesar de ser la más común en nuestro país. Cada día hay más personas que le apuestan al poliamor, que no es lo mismo que una relación abierta. La diferencia entre ambas, explica la sexóloga Karen Estrella, es que, en la relación abierta, cada uno puede tener sexo con otras personas, pero por separado y los vínculos deberían limitarse a actos físicos.
En el poliamor, como su nombre lo detalla, puede haber conexiones afectivas entre todos los involucrados. Es decir, hay un compromiso afectivo entre todos y con todos.
El lazo que une a sus integrantes es exclusivo entre ellos en todos los sentidos. Cumplen con lo considerado comúnmente como fidelidad exclusiva. Por ejemplo, si cinco personas han decidido tener una relación amorosa entre ellos, se considera infidelidad el que uno de sus integrantes ‘se meta’ con una sexta persona.
¿Cómo se llega al poliamor?
Estrella explica que es una alternativa que muchas personas ‘infieles’ han tomado para evitar causar daño a través de las mentiras que conlleva ocultarle a la pareja que se tiene sexo con alguien más, haciéndola partícipe de ello.
Sin embargo, para la profesional, no todas las personas pueden ser ‘candidatas’ para una relación poliamorosa.
¿Soy apto para una relación poliamorosa?, ¿qué debo saber sobre ella? y ¿cuáles son los límites?
Lo primero es no embarcarse en estas relaciones por imposición, por moda o por no frustrar los sentimientos de otros, sino por una elección libre y consensuada.
Segundo, hay que tener niveles elevados de inteligencia emocional, apunta la experta. Esto, porque tiene que saber manejar sentimientos que podrían presentarse como los celos. ¡Ojo!, si hay sentimientos negativos que sean insostenibles, no es correcto continuar con la relación. El punto de esto es que todos se sientan bien.
Aunque todos, con un tratamiento adecuado podrían disfrutar del poliamor, las personalidades más idóneas para vivirla son aquellas que tienen una mentalidad abierta y las que no son apegadas a las reglas culturales restrictivas, ni a las morales ni religiosas.
Tampoco hay que confundir la relación abierta con la modalidad conocida como “swingers”, es decir, parejas que aceptan, de forma esporádica, intercambiarse con otras con intenciones sexuales.
La honestidad es el pilar de una relación poliamorosa. Todo se tiene que hablar. No solo de las elecciones, sino también de cómo nos estamos sintiendo.
No se puede iniciar una relación poliamorosa sin el consenso de todas las personas que la integran. No se puede aceptar algo para agradar a alguien más.
Aunque no lo parezca, el compromiso sí existe en el poliamor. Es una relación efectiva en la que hay que cuidar de los demás.
La protección es indispensable en este tipo de relaciones. Puede haber un ‘acuerdo de fluidos’ en el que se comprometan a ser ‘fieles”.
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