Joven de San Pedro volvió con la misión de desarrollar dispensario intercultural para mejorar calidad de vida de comunidad indígena.
Se fue a Australia en noviembre del 2019. Le pilló la pandemia del Covid-19 allá, donde estuvo año y medio becada en la Universidad de Melbourne, cursando una maestría en Estudios del Desarrollo, gracias al Programa Nacional de Becas al Exterior Don Carlos Antonio López (Becal).
Lorena Ríos es licenciada en Administración de Empresas, pero su pasión –dice– siempre es aportar en el desarrollo de poblaciones vulnerables.
“Antes de terminar mi carrera universitaria, ingresé a trabajar como pasante en el BID. Ahí identifiqué que mi pasión era aportar a mi país de una manera inclusiva en las comunidades más vulnerables de donde yo venía”, cuenta.
Oriunda de Villa del Rosario, San Pedro del Ycuamandyyú, conoce de primera fuente la precariedad y la pobreza en la que viven muchos indígenas de la zona.
Durante su estadía en el otro lado del mundo, hizo las gestiones para dar otro salto al proyecto que venía acompañando en la comunidad Natananaqui, de la etnia Qom, distante a 16 km del casco urbano de su ciudad.
Antes de viajar, lideró allí la construcción de un centro comunitario. Luego, cuando se preparaba para volver al país, en marzo pasado, se apuntó a un concurso del Programa de Ayuda Directa (DAP, en inglés) del Gobierno de Australia, donde se podía aplicar para comunidades indígenas.
Era la oportunidad perfecta para hacer realidad el dispensario intercultural, como continuación de dicho centro construido en el 2019, el cual permitirá a las 66 familias Qom –que viven allí– poder acceder a una atención médica primaria, medicamentos y a talleres de capacitación sobre temas claves, como cambio climático, seguridad alimentaria, agua, saneamiento e higiene, según explica Lorena.
La inauguración de este dispensario tuvo lugar la semana pasada y contó con la presencia de representantes de la legación diplomática australiana.
El sitio también está pensado para el fortalecimiento de los conocimientos nativos, ya que se constituye en un punto de encuentro para sus actividades como la artesanía. “Trabajamos de manera inclusiva con ellos donde el desarrollo y la idea vienen de la propia comunidad. Siempre querían un espacio donde reunirse y nuestra idea fue seleccionada en 2018”, dice y se remonta al origen de la iniciativa. Lorena conoce la comunidad Natananaqui desde 2012. Desde entonces, era consciente de la necesidad del dispensario, ya que el promotor de salud comunitario le había facilitado la lista de los medicamentos que precisaban: elementos básicos de primeros auxilios y demás. Pero los fondos que obtuvieron en el 2018 alcanzaban solo para la construcción del centro.
“Básicamente nació de ellos mismos, quedamos seleccionados y este mes vamos a empezar la ejecución”, insiste al indicar que trabajarán en coordinación con la Dirección Nacional de Salud de los Pueblos Indígenas (Dinasapi) y la Unidad de Salud Familiar (USF) de Villa del Rosario.
El espacio servirá para visitas de atención médica coordinadas con la USF. “Por la función que tiene el promotor de la salud, normalmente el de la USF va cada mes a la comunidad. Con esta intervención, queremos asegurarnos de si efectivamente van cada mes a la comunidad. La idea es poder transmitirles cuáles son sus derechos y obligaciones. Ahora vamos a proveerles de ciertos medicamentos básicos y ahí vamos a dejar a cargo de la USF de la zona”, comenta.
REPLICABLE. El dispensario, en palabras de Lorena, es una experiencia inédita, por lo que servirá de prueba para replicarlo en otras comunidades del país. “No es un modelo que el Ministerio de Salud tenga. Entonces, la idea es probar esto como un piloto y si sale bien después poder replicar en otras comunidades indígenas que son las que viven en la precariedad y no tienen acceso a la salud ni siquiera para la atención primaria”, apunta.
La intención es que los nativos puedan mejorar su calidad de vida, “que puedan entender temas básicos con cursos sobre cambio climático, seguridad alimentaria, agua, saneamiento e higiene, y también queremos meter la parte de sexualidad”, enumera las capacitaciones que harán con la Fundación CIRD.
Todo lo que aprendí, estoy aportando en la comunidad y mi idea con esto es probar que si hacemos el desarrollo de una manera opuesta a lo que se hace normalmente, podemos lograr resultados diferentes; es decir, cuando incluís a los beneficiarios en el proceso de construcción de estas soluciones.
Me considero una ‘persona puente’. Y nuestro rol como becarios también es eso, ir al extranjero y ver oportunidades como estas y que se pueda traer al Paraguay; por ejemplo, buenas prácticas en distintos campos, donaciones o financiamientos, etc. Lorena Ríos, máster en Estudios del Desarrollo.
La cifras
2.264 becas del Programa Nacional de Becas al Exterior Don Carlos Antonio López (Becal) fueron usufructuadas desde 2015 cierre del 2021.
1.187 becarios que terminaron sus estudios retornaron al país; de los cuales más del 95% –calculan– aplican sus conocimientos en el sector público o privado.
694 becas fueron de maestrías, 37 doctorados; 4 posdoctorados, 74 de movilidad de grado y 378 entrenamiento docente del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC).
Cambio de chip: “Hoy se prefiere a quienes fueron becados por Becal”
A siete años de la puesta en marcha del programa Becal, la perspectiva laboral para los que vuelven es más alentador. “En un principio, cuando retornábamos se valoraba más la experiencia que la formación y muchos de los becarios habían ido (a estudiar) con poca o incluso nada de experiencia; entonces, costó mucho la reinserción”, recuerda Deysi González, quien realizó la Maestría en Dirección de Recursos Humanos en una universidad de Barcelona.
Luego, dice, eso se corrigió y se colocó como filtro tener un poco de experiencia en el área en que uno se va a estudiar, de manera a facilitar más la reinserción laboral en el retorno.
“Fuimos rompiendo ese paradigma de ‘por qué le tengo que pagar porque simplemente se fue a estudiar más; o por qué le tengo que pagar más si viene a su misma posición o no le voy a ascender porque vino con una Maestría’. O sea, tuvimos que superar esas barreras desde el lado empresarial. Ahora las empresas están tomando a las nuevas generaciones y hay mayor apertura mental”, afirma.
Como gerente de Right Management en Manpower Group Paraguay, suscribe en el proceso de búsqueda y selección de personal, “las empresas prefieren a quienes fueron becados por Becal y si tienen una Maestría de afuera, es mejor”, sostiene al referir que hoy muchos jóvenes están como gerente general, como director comercial o encargado de Recursos Humanos.
mes de espera. De las más de 2.264 becas usufructuadas, desde el 2015 hasta al cierre del 2021, por becarios del programa, 1.187 están de regreso a Paraguay tras estudiar en las mejores universidades del mundo, según datos de Becal.
“De acuerdo a la evaluación final que se hizo de la fase 1 del programa, el tiempo promedio de reinserción es de un mes, en el caso de quienes fueron a estudiar Maestría”, señala Andrea Picaso, coordinadora general de Becal.
Estudiando en el exterior, actualmente, hay “cerca de 1.000 becarios en las diferentes modalidades de Becal” y de esos casi 200 están haciendo un doctorado. “Hacemos una tarea de seguimiento a los becarios. Ellos nos dan reportes de sus actividades y, por lo general, casi la mayor parte o casi la totalidad está ocupado o está estudiando o está en alguna actividad relacionada con su área”, comenta.
Si bien es un número dinámico “más del 95%” –estima– de los que vuelven, está en alguna ocupación, ya sea en el sector público o privado.
“El mercado valora tanto la formación académica como la experiencia. Por un lado, recomendamos que puedan tener una experiencia laboral previa antes de decidir qué programas de estudios realizar en el exterior”, refiere al acotar que trabajan de cerca con el Consejo Nacional de Ciencias y Tecnologías, actor clave en el ecosistema de la investigación científica. “Ellos tienen un programa de incentivo para investigadores, para repatriados”.
Coincide que cuando llegaba la primera camada de becarios en 2016 “había mucha resistencia en el mercado laboral”. Admite que, quizás, falta articular con otros actores para apoyar en la reinserción laboral. “Estamos haciendo las conexiones, pero misión principal de Becal es formación de capital humano avanzado para el Paraguay”, refuerza.
Meta. En convenio de Becal con Comité Paraguay Kansas estudiantes hicieron intercambio.
Hoy las empresas piden becarios del exterior y tener una maestría en el extranjero constituye un plus. Son puertas que se van abriendo. Andrea Picaso, coordinadora de Becal.
Falta madurar más sinergia con sectores
Becal cuenta con un programa de reinserción que tiene mucho por ajustar, ya que es pequeño el porcentaje de ex becarios que no volvieron porque se quedaron a trabajar en el extranjero. Incluso, algunos vuelven, pero trabajan desde acá, online, con alguna empresa del exterior.
Es el caso de Lorena Ríos, quien estando en Australia, poco antes de venir, logró un cargo en una multinacional del Reino Unido.
“Tendría que haber una conversación, que seguro lo tienen, de Becal con todos los sectores para que haya esa apertura de dar más oportunidad a las personas porque, lógicamente, todos viajamos para tener una mejor calidad vida después del retorno, aportar y tener un progreso profesional”, afirma Lorena, quien de forma voluntaria lidera el señalado proyecto en la comunidad indígena Qom.
A su criterio, se debe generar mayor sinergia con todos los sectores, “diciendo ‘acá están todos los becarios’ y desarrollar una plataforma con datos abiertos sobre los becarios que se fueron y que están de vuelta”, dice al opinar que a los becarios se les debe dar “prioridad a la hora de hacer selección del personal para la Función Pública o privado”.
Andrea Picaso, coordinadora de Becal, resalta que al inicio, cuando llegaron los primeros becados, “había mucha resistencia” en el mercado laboral local, conformado por mipymes, principalmente.
“Hoy ven que los becarios van ocupando algunos cargos en el sector público y en el privado. Hay iniciativas de star-up (empresas emergentes que comercializan productos y/o servicios a través de las TIC), lideradas por ex becarios de Becal y por personas que han recibido los incentivos del Conacyt. Eso va sumando y seguro falta más, son elementos que tenemos que ir articulando con otros actores”.
MÁS FERIAS. Picaso cuenta que está en los planes realizar “más ferias o generar estos espacios de diálogo para que se conozcan”, dice en alusión a las empresas y becarios. “Estamos haciendo las conexiones; esto se va a ir fortaleciendo y vamos a articular con otros actores que nos puedan apoyar”.
En el marco del Plan Nacional de Desarrollo 2030, el programa de becas pone énfasis en Ingeniería, Tecnología, Ciencias Médicas, Ciencias Exactas y Naturales, Ciencias Agrícolas, Ciencias Sociales y Educación. “Queremos dar un giro con Becal y fortalecer aún más estas áreas de necesidad. Y dar mejores respuestas a las necesidades definidas del país, que tienen que ver con el desarrollo agrícola y en este contexto de pandemia o pospandemia a lo que es Salud Pública y Seguridad Nacional. Esas son las áreas a las que Becal apunta”.
Diálogo. Se debe acercar más a becarios con empresas.
UH
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