El Gobierno destinará 12,5 millones de dólares para entregar a madres ecuatorianas en condiciones de vulnerabilidad. El objetivo es reducir la tasa de desnutrición infantil. El ministro Esteban Bernal habló con LA HORA sobre este programa y del silencioso trabajo del MIES.
El ministro Esteban Bernal es un economista y especialista en finanzas. Pero también estudió política y gestión pública. Es uno de los funcionarios de confianza del presidente Guilleremo Lasso. Fue asambleístas por CREO y también Gobernador de Azuay.
Está al frente del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), cuya sede está ubicada en Quitumbe, en el sur de Quito. Aunque el trabajo de esta cartera de Estado es de esos que son muy silenciosos en este Gobierno, hay avances significativos para colaborar con los más pobres y reducir la desnutrición crónica infantil. Algo que es una prioridad del presidente Lasso.
A propósito de la creación de un nuevo bono para las madres más vulnerables del país, incluso las adolescentes, en una primera etapa, responde sobre la visión, impulso, dinero y planes que se ejecutan para reducir el impacto de la pandemia en los grupos más vulnerables. También sobre los planes para el segundo año de Gobierno.
De hecho, Bernal revela un mal manejo del control a las fundaciones que colaboran con el MIES y que reciben recursos estatales. Ha sucedido desde hace 15 años. Por eso anuncia duros controles tecnológicos.
También destaca las Ferias del Encuentro y Ciudades Inclusivas, que buscan que los beneficiarios del Bono de Desarrollo Humano puedan convertirse en emprendedores.
Lea un extracto del diálogo que duró 25 minutos.
Este es un gobierno que se lo conoce internacionalmente como de derecha o conservador, y regularmente se asocia esto con ser economicista, no estar preocupado del tema social. ¿Pero usted qué ha hecho con este estigma tradicional que tiene la derecha?
Hay que entender claramente que, si bien eso puede ser un tema perceptivo por parte de un sector político e inclusive de opinión del Ecuador. En lo pragmático hay que entender que la política social del Presidente la ha demostrado de manera tangible, es la prioridad y es transversal. Usted no recordará a un Presidente al frente de un proyecto como la desnutrición crónica infantil, liderando, usando esta política pública para disminuir la desnutrición crónica infantil en el Ecuador. El propio Presidente de la República, exigiendo y disponiendo a las carteras de Estado, incluyendo el Ministerio de Economía y Finanzas, para que se haga todo el esfuerzo necesario para que esta lacerante situación que vive el Ecuador sea disminuida. Usted no ha visto un presidente hablando con respecto a un tema tan olvidado como la adopción. El Presidente participó en Ambato, hace aproximadamente un mes y medio, en la primera adopción que duró ocho meses, un tiempo récord. El Presidente y la Primera Dama han manejado lo relacionado con los sectores vulnerables como prioritarios. Otro elemento: la disposición de no disminuir un solo dólar de la cartera de Estado con respecto a la política social, son 1.635 millones de dólares para dar una cobertura al menos a 2.000.000 de personas en el país. En el Bono de Desarrollo Humano, con su actualización, tenemos 78.000 nuevos beneficiarios en el primer trimestre. Esos son algunos ejemplos de la política social que es trascendental y fundamental. No liderada por el ministro, sino liderada por el propio presidente Lasso.
¿Esa es una derecha que está de mano abierta?
No diría un Gobierno de derecha, sino un Gobierno liberal con concepto social. Es un gobierno que tiene una concepción social muy amplia. Mi objetivo al final del día, y créame, quisiera informarle en el futuro cuántas familias han disminuido la obtención del bono, porque ese es el objetivo, la generación de empleo. Pero también debo mencionar que estamos en una época post pandémica y post mala práctica política, que obliga a seguir manteniendo la base social.
¿Hubo una mala práctica política del anterior gobierno?
El Ministerio tiene dos grandes pilares. Las transferencias monetarias, que son las de la entrega de bonos, son casi 1.200 millones de dólares para 1,4 millones de núcleos familiares. Y, por otro lado, hay una inversión de 335 millones de dólares para la protección social, es decir, acciones y actividades, modalidades en adultos mayores, personas con discapacidad, adolescentes, etc. En el primero, vimos la vulnerabilidad de los bonos para la suplantación de identidades, como lo que pasó en Santa Elena, que está instruido por la Fiscalía General del Estado. Eso nos obligó a implementar el Pago Seguro, que lo estaremos lanzando en los próximos días. Con esto la totalidad de los beneficiarios cuentan con el sistema financiero ecuatoriano, que es más seguro. Cualquier entidad de economía popular y solidaria, de mutualistas, banca, lo que sea.
¿Se robaron la plata?
Mire, lamentablemente en Santa Elena, por ejemplo, hubo una banda que fue apresada y hay un proceso judicial abierto. Esta suplantaba las identidades de los beneficiarios de los bonos. Gente que no inscribe un proceso mortuorio para seguir cobrando un bono, son realidades lacerantes. Cuando hay una cuenta en el sistema financiero se mejorará ese proceso. Ahora viene algo grave. Mire, nosotros tenemos un tema de preocupación. Usted puede prestar servicios sociales bajo dos modalidades. La una, a través de la propia administración del Ministerio, es decir, con nuestros técnicos, nuestros psicólogos, trabajadores sociales, educadores, nuestra propia infraestructura. Pero también lo puede hacer a través de cooperantes. Estos son los gobiernos autónomos descentralizados o fundaciones privadas, sin fines de lucro, que nos ayudan a ampliar el sistema de cobertura. Actualmente, el modelo está bien.
¿Cómo funciona?
Si hay capacidad como ministerio, sólo para dar un ejemplo, de atender a 70 niños, y viene un cooperante y dice yo le aporto el 30% y el Ministerio pone el 70%, probablemente ampliamos a 100 niños. Ese es el objetivo. Pero he preguntado si es que ha habido algún tipo de descuentos, seguimientos electrónicos, y la precariedad de la información fue impresionante. Me informan en Excel o a mano. En pleno siglo 21, cuando hay tecnología con la cual se puede georeferenciar. Entonces, hemos tomado una decisión, invertimos 234 millones de dólares en los cooperantes, en más de 2167 convenios para dar una cobertura a casi 460.000 beneficiarios de mi país. Pero debo garantizar que esa plata será bien utilizada.
¿Puso denuncia a la Fiscalía?
Tengo que ser muy delicado en el tema. Mire, yo he verificado la precariedad en el sistema de control, lo que pudo haber generado una situación delicada para el sector público. Pero yo no tengo una verificación, una cuantificación. Hoy no puede seguir así. Hemos implementado un sistema biométrico y un sistema dactilar para que el usuario y el beneficiario, las fundaciones que reciben plata del Estado, tengan la obligación de poder remitir la información biométrica diaria del beneficiario, sea niño o adulto mayor, pero también de sus educadoras, de sus técnicos que deben estar trabajando. Mediante una computadora verificamos cuántos asistieron, cuántos no. Adicionalmente, el sistema implementado en nuestra administración fue diseñado por técnicos. Lo presenté a los medios de comunicación hace 15 días, como un proyecto piloto.
¿La Fiscalía debería intervenir ya?
Yo no sé si es un tema de Fiscalía, lo digo con sinceridad. Porque hay precariedad en el sistema de control desde hace más de 15 años. Nosotros vamos a garantizar las ayudas mediante la implementación de tecnología. El sistema biométrico muestra la georreferenciación, tiene que estar en el Centro de Desarrollo Infantil (CDI), la zona, sector, la calle y la transversal. Lo que yo me pregunto es: por qué no lo hicimos durante tantos años. Mire, este programa está presentado ya dentro de un plan piloto que concluyó y ahora viene todo un proceso de masificación. En septiembre, todas las fundaciones del país que están trabajando con el MIES van a dar la garantía de que, si estoy pagando para atender a 100 niños, 100 adultos mayores, 100 personas con discapacidad, efectivamente sean las 100 a las que reciben la atención.
Usted ha revelado una cifra: 1.635 millones de dólares invertidos para ayudar a 2 millones de personas en el Ecuador. Hay personas que cuestionan el uso del dinero, como populismo, se preguntan por qué los 50 dólares mensuales, que no ayuda en nada. ¿Cómo usted explica qué este gasto es adecuado?
Le había mencionado que mi aspiración es que al final del Gobierno podamos informarle al país la cantidad de personas que han disminuido dentro del Bono. Eso es lo aspiracional, porque nosotros hemos manifestado que la mejor política pública se llama empleo, porque disminuye grandes males de manera concomitante, empezando por inseguridad, migración, trabajo infantil, desnutrición crónica infantil. Pero hoy por hoy, luego de un proceso pandémico, luego de 14 años de mala práctica política y lo digo con mucha fuerza, requiere que el abrazo social del Gobierno Nacional continúe, que esa protección social siga porque tenemos el incremento de pobreza y pobreza extrema motivado por todos estos elementos que le he mencionado. ¿Qué hemos hecho? Y les voy a responder en doble vía. Primero, a los beneficiarios del bono les hemos ayudado para los Créditos de Desarrollo Humano.
¿En qué consiste?
Lo implementaron antes. Pero lo hemos mejorado con capacitación exhaustiva para que el crédito vaya efectivamente a cumplir un objetivo, no la fiesta de los 15 años de la hija del beneficiario, la compra de un televisor de alta gama. Ese dinero debe ir para emprendimientos. Hasta ahí, misión cumplida, hay aumento porcentual de la eficiencia del crédito. Segundo, cuando yo fui Gobernador de Azuay, se hicieron cursos de capacitación agrícola con el Ministerio de Agricultura, en seis ciudades, y una señora lideresa dijo: “gobernador, no me enseñe a hacer lo que ya hacemos”. Necesitaban comercializar, porque se dañaba la papa, la manzana. Ahí entendí que la política pública tiene que reflexionarse. Entonces, ahora hacemos las Ferias del Encuentro y Ciudades Inclusivas, son fiestas de los sectores vulnerables. La primera fue en el sur de Guayaquil, en donde una de nuestras emprendedoras, producto de ese Crédito de Desarrollo Humano, me dijo: “Ministro, vendí todo, vendí absolutamente todo”. Otros me decían: “debí haber traído más producto”. Hicimos 323 en el primer año de gobierno y para este año proyectamos 492. Y esto dinamiza esta microeconomía y contribuimos para que esas personas salgan adelante. Una persona, incluso, dijo que contrató a alguien, entonces generan una pequeña fuente de empleo contribuyendo a la gran economía nacional. Eso es lo que hemos hecho. Y debo mencionar el Bono de 1000 días imperativo desde la perspectiva de luchar contra la desnutrición crónica infantil.
¿En qué consiste este nuevo Bono?
Vamos a entregar 60 dólares a madres gestantes y madres de niños de 0 a 2 años. Pero esta entrega de 60 dólares no será de la misma forma que otros bonos. Se entregará 50 dólares, de manera recurrente, durante dos años, nueve meses, que son los 1000 días. Es para cobertura de los 270 días de gestación de la madre y 730 días de vida del niño. Los 10 dólares adicionales se acumulan. Una vez que concluyen los nueve meses de gestación se entregan 90 dólares, pero siempre y cuando la madre haya alcanzado al menos seis chequeos prenatales.
¿Cómo comprobarán que la madre en verdad está acudiendo al médico?
A través de la Secretaría Técnica para la disminución de la Desnutrición Crónica Infantil, que es la articuladora de la información de las seis instituciones gubernamentales que formamos parte de esta Secretaría. Es decir, el Ministerio de Salud Pública remite la información a la Secretaría y a nosotros nos obliga al pago de los 90 dólares acumulados, siempre que la madre haya cumplido estos seis chequeos. Al primer año de vida del niño se entregan 120 dólares cuando, al menos, tenga seis chequeos, vacunas, etc. Y en el segundo año, al menos cuatro chequeos, en los cuales se pagarán otros 120 dólares acumulados. Esto tuvo efectividad en Perú. Ese país, entre el 2005 y 2010, vivió una realidad similar a la nuestra, ubicándose en niveles altos de desnutrición crónica infantil. Nosotros tenemos 30% de desnutrición crónica infantil en niños de 0 a 5 años, sólo estamos más abajo de Guatemala, que tiene 43%. Pero por encima de Haití, de Venezuela. La media de América Latina es 9%. Imagínese usted el nivel de gravedad.
¿El Bono de los 1000 días en parte de ese 30% interviene?
A ver, hemos parametrizado con algunas prelaciones para identificar para este 2022 a 37.506 madres gestantes y madres de niños de 0 a 2 años, para una inversión de aproximadamente de 12,5 millones de dólares.
¿Cuál es el total?
El total es 85.000 núcleos familiares que es la población objetiva en el periodo de Gobierno del Encuentro. Hemos identificado a las beneficiarias de las de las parroquias donde hay mayor porcentaje de desnutrición crónica infantil. Por ejemplo Chimborazo, que son de las más altas, 34%, y dentro tiene cantones como Guamote con el 52% de desnutrición crónica infantil. Entonces esa es la primera priorización. Luego madres gestantes rurales. Se ha ido construyendo esta base de datos a través de la información del Registro Social de MIES y de la Secretaría Técnica, y se identificaron las primeras 37.506 de este año. Empezamos el mes de julio con la entrega y colocación de los recursos en ventanilla a 21.200, y seguimos hasta llegar a 37.506 en este año.
¿Ya se hicieron las primeras entregas de dinero?
El señor Presidente, en honor al Día del Niño, suscribió el Decreto Ejecutivo que ya norma la entrega. Nosotros ya habíamos identificado el número de madres. Nosotros tenemos que contactar a las beneficiarias, a través de la zonales distritales, y empezar el proceso de validación. El 1 de julio está en ventanilla como habíamos definido.
Hay un déficit de cualquier forma. ¿Cuál es su compromiso para alcanzar a más madres?
Sin duda. Siempre vamos a necesitar ampliar la cobertura. Esto no está escrito en piedra. Hay que ver cómo se dinamiza la economía y podemos abarcar mayor cantidad de gente. Pero más allá de que es imperativo el tema del bono nutricional, no es menos cierto que la desnutrición crónica infantil pasa por otros elementos. Chequeos prenatales, posparto, también pasa por un buen acompañamiento familiar, buenas enseñanzas y talleres para la manipulación adecuada de alimentos, para un buen aseo familiar. El consumo de agua potable y para eso el Presidente ha destinado 1.000 millones de dólares al Banco del Estado para que éste canalice créditos en los sectores priorizados para la infraestructura sanitaria de alcantarillado y agua potable. Se intenta cerrar un círculo que permita dar cumplimiento a este primer objetivo: disminuir seis puntos porcentuales de la desnutrición crónica infantil en el Ecuador en nuestro periodo de gobierno. Ahora, para complementar, las madres, si bien pueden no ser beneficiarias del bono de 1000 días, pero sí son beneficiarias del programa Crédito de Desarrollo Humano, en donde llegamos a 203.000 madres de gestantes y madres de niños, más el programa Creciendo con Nuestros Hijos. Ahí generamos las otras contribuciones para reducir la desnutrición crónica infantil. O en el caso de CDI, en donde damos atención a 83.000 niños y niñas de 0 a 3 años, en donde también se les entrega cuatro ingestas de las cinco más importantes del día. Son, en total, 300.000 niños más.
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