Un equipo de geólogos está estudiando un trozo de cristal de 830 millones años de antigüedad hallado en Australia que podría contener microorganismos vivos, y planean abrirlo.
El descubrimiento de microbios atrapados en cristales de halita (que es la forma natural del cloruro de sodio, sal de roca común), bautizados ‘formación Browne’, fue anunciado este mes en un estudio publicado en la revista Geology.
Los investigadores sostienen que los organismos unicelulares contenidos en pequeños cubos de líquido dentro del núcleo de la formación aún podrían estar vivos, por lo que quieren abrir la estructura y comprobarlo.
“Nunca han visto a un humano”
Aunque podría parecer una mala idea, considerando el historial de la lucha de la humanidad contra epidemias causadas por microorganismos, los científicos aseguran que no hay razones para preocuparse.
“Suena como una película de serie B muy mala, pero se ha llevado a cabo un montón de trabajo detallado durante años para encontrar cómo hacerlo de la manera más segura posible”, comentó a NPR Kathy Benison, geóloga y coautora de la Universidad de Virginia Occidental.
Al respecto, Bonnie Baxter, bióloga del Westminster College de Salt Lake City, que no participó en el estudio, dijo no tener miedo a los planes mencionados. “Un organismo ambiental que nunca ha visto a un humano no va a tener el mecanismo para meterse dentro de nosotros y causar una enfermedad”, explicó.
Conservados por cientos de millones de años
Investigadores de la Universidad de Virginia Occidental analizaron el núcleo de la formación utilizando técnicas ópticas no destructivas para identificar y documentar material orgánico que se conservó en “inclusiones fluidas” desde el tiempo de la formación de los cristales. Australia Central, el lugar del hallazgo, fue una vez un antiguo mar salado.
Dentro del mineral, los científicos encontraron sustancias orgánicas sólidas y líquidas propias de las células procariotas y eucariotas.
Cuando fueron examinadas con fluorescencia, algunas de las muestras manifestaron colores compatibles con la descomposición orgánica, mientras que otras mostraron la fluorescencia de los organismos modernos. Esto sugiere que podría haber organismos unicelulares vivos dentro del núcleo, sostienen los científicos.
Búsqueda de vida extraterrestre
Anteriormente, se encontraron microfósiles antiguos incrustados en rocas, como esquistos, que tienen miles de millones de años. La sal no es capaz de almacenar materia orgánica de la misma manera. En cambio, cuando se forman cristales en el ambiente marino, algo de líquido puede permanecer en el interior. Este fenómeno se llama “inclusiones fluidas”.
Son valiosos desde un punto de vista científico, ya que pueden contener información sobre la temperatura del agua, su composición química, e incluso la temperatura de la atmósfera en el momento en que se formó el mineral.
El descubrimiento tiene implicaciones para la búsqueda de vida en rocas sedimentarias tanto terrestres como extraterrestres, por ejemplo en Marte, donde han encontrado grandes depósitos de sal.
RT
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