La iniciativa para entronizar en el Vaticano una escultura de la Virgen de El Cisne fue concebida como una estafa. La Virgen de El Cisne es una advocación mariana en Loja, al sur del Ecuador, con 428 años de antigüedad y con aproximadamente 5 millones de devotos de Ecuador, Perú y Colombia, que fue utilizada por el gobierno de Rafael Correa como una acción electoral para manipular la fe de los creyentes antes de las elecciones presidenciales del 2017.
Una entronización consiste en colocar una imagen o una representación iconográfica en un lugar preferente para que sea venerada o admirada. En 2016, un año antes de que los candidatos del correísmo Lenín Moreno y Jorge Glas ganaran las presidenciales en Ecuador, una iniciativa, aparentemente ciudadana, tomaba impulso bajo el apoyo del ex vicepresidente Jorge Glas, que ahora está preso por delitos de corrupción. A la iniciativa política se sumaron los entonces legisladores de la provincia de Loja, Verónica Arias, que hoy ejerce como parlamentaria andina, Miriam González y Richard Farfán, todos correístas. Incluso el asesor de María Alejandra Vicuña, también asambleísta por el partido de Correa y que luego sería vicepresidenta de Moreno en reemplazo de Glas, fue quien lideraba la estafa. Estuvieron implicados altos funcionarios del gobierno de Correa y algunos de ellos aún ocupan cargos públicos. El suceso fue escondido bajo siete llaves y todavía no hay respuestas.
En junio de 2016, Verónica Arias, que en ese momento era asambleísta por Loja, anunció en un evento público que en los Jardines del Vaticano se colocaría una réplica de la Virgen de El Cisne “para que su legado repose en este sitio al igual que otras imágenes de la virgen de otras partes del mundo”.
Arias dijo que esta acción permitiría que el turismo religioso se incrementara en Ecuador y agregó que “como representante de la provincia de Loja ante el parlamento ecuatoriano estoy convencida de que esta iniciativa que impulsamos servirá como un incentivo correcto para que el mundo católico conozca esta tradición y visite nuestro país”. En esa misma intervención Arias aseguró que habría un viaje donde “miles de lojanos de todas las latitudes viajaremos al Vaticano donde una delegación espera ser recibida por el Papa Francisco para oficializar la entrega”. El viaje se realizaría en septiembre de 2016. Arias reconoció que impulsaba la iniciativa.
Las personas que estaban al frente de esta supuesta gestión internacional eran Diego Riofrío Jaramillo, entonces asesor de María Alejandra Vicuña, y Yuber Cuenca, titular de una empresa de viajes que llevaba personas de visita a Tierra Santa. Riofrío Jaramillo se presentaba como presidente del comité de gestión por la entronización de la imagen de la Virgen de El Cisne en el Vaticano, según consta en algunas comunicaciones.
En una página de Facebook, oficialmente creada para informar sobre la elaboración de la escultura y sobre el viaje, Riofrío Jaramillo aparece en varias fotos junto a la escultura tallada en piedra de 1.90 metros de altura y de una tonelada de peso.
En algunas fotografías lo acompaña Yuber Cuenca. En esa red social, también se promocionaba el viaje para entregar la escultura en el Vaticano. Un mensaje al final de una de las promociones pide a los interesados que escriban un correo electrónico a la dirección de Riofrío Jaramillo. Además, en la página se anunciaba la venta de souvenirs relacionados con la entronización, como chaquetas y camisetas.
La escultura en piedra de la imagen religiosa fue elaborada por el artista quiteño Luis Viracocha y por su hermano. La imponente obra recorrió algunas ciudades del país, según reportes colgados en la web del Ministerio de Turismo, en los archivos de prensa y en las fotografías que algunos feligreses subieron a sus redes sociales. Luego la enorme y pesada escultura desapareció misteriosamente.
Al esfumarse la imagen, también se canceló el viaje que se había aplazado en tres ocasiones. Las personas que pagaron por el tour hacia el Vaticano y por los trámites para obtener la visa europea, demandaron a Yuber Cuenca por estafa en noviembre de 2016. Cuenca fue sentenciado a siete años de prisión por estafar a varias personas, algunas de ellas de la tercera edad. Además de la sanción de encierro, el tribunal ordenó que Cuenca pague una multa de USD 7.320, y que devuelva el dinero entregado a cada una de las víctimas identificadas en el proceso, “más los intereses de ley generados desde la fecha de la entrega de dichos valores, hasta su cancelación total, conforme el detalle que consta en el considerando Sexto, a lo que se suma la cantidad de USD 2.000 por concepto de daño moral para cada uno de los perjudicados”, según se lee en la sentencia.
Aunque Riofrío Jaramillo hacía las gestiones con las altas autoridades, pedía apoyo a organizaciones de la sociedad civil, convocaba a reuniones informativas y promocionaba el viaje, los devotos entregaban su dinero a Yuber Cuenca. Algunos lo hicieron personalmente y otros a la cuenta bancaria de Cuenca. Riofrío Jaramillo no intervenía públicamente, sino Cuenca.
El 30 de julio, en un enlace ciudadano, como se llamaba el espacio televisivo de Correa y que se transmitía cada sábado, Jorge Glas informó a los asistentes sobre el viaje al Vaticano y pidió la explicación de Yuber Cuenca que se encontraba en el público. En cuatro minutos Cuenca agradeció a una lista de altas autoridades del correísmo por el respaldo a la iniciativa. Cuando terminó su intervención Glas, en funciones de la vicepresidencia de la República, calificó a la iniciativa como un “acto muy importante para nosotros” y le dijo públicamente a Cuenca que cuente con su apoyo.
Durante el juicio en contra de Cuenca, solo una de las perjudicadas mencionó a Riofrío Jaramillo y aseguró que lo vio en una de las reuniones informativas sobre el supuesto viaje a Roma.
La defensa de Cuenca sostuvo que el tour al Vaticano contaba con el aval del Ministerio de Turismo y de la Vicepresidencia de la República y que “por causas ajenas al procesado, no pudo cumplir con este tour”. En su declaración, Cuenca aseguró que el dinero que recibió se usó para la logística del viaje, para imprimir libros sobre la entronización y para pagar al escultor. En su testimonio, Cuenca aseguró que Riofrío Jaramillo fue “a quien se le había dado la comisión para la elaboración de la imagen en piedra”. En una entrevista realizada al escultor Viracocha en 2017, este aseguró que nunca le pagaron por la elaboración de la escultura y que incluso se le pidió dinero para llevarlo a él y a sus familiares a entregar la obra en el Vaticano.
En su declaración ante el tribunal penal, Cuenca dijo que en “Quito tuvo la llamada de la secretaria del ministro de Turismo Javier Alvarado que le invitó a una reunión para poder dar impulso al proyecto”. Cuenca aseguró que se reunió con el entonces Ministro y que le entregó una copia del proyecto junto con la aprobación del Monseñor Fausto Trávez, que en ese momento era Presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, “para poder coordinar la peregrinación en el país”. Luego de esa reunión, Cuenca “regresó a Loja con el Dr. Diego Riofrío” según su propio testimonio judicial.
El juicio en contra de Yuber Cuenca y de uno de sus sobrinos arrancó en noviembre de 2016. Mientras el proceso en contra de Cuenca se desarrollaba, en enero de 2017 empezó la campaña presidencial. Los candidatos del correísmo eran Lenín Moreno y Jorge Glas, quienes se posesionaron en mayo de ese mismo año. Tres meses después del inicio del mandato de Moreno, el tribunal declaró culpable por estafa a Cuenca. De Diego Riofrío Jaramillo no se volvió a saber nada hasta el 2018, cuando María Alejandra Vicuña reemplazó a Jorge Glas luego de que se lo destituyera de su cargo y se lo condenara por corrupción.
Riofrío Jaramillo fue asesor de Vicuña en la Vicepresidencia de la República. Entre junio de 2019 y mayo de 2020, Riofrío Jaramillo, se desempeñó como coordinador general del Sistema Integral de Prevención de Adicciones del Municipio de Quito, durante la alcaldía de Jorge Yunda, también correísta, que fue destituido por corrupción en 2021.
Cuando se anunciaba la entronización de la imagen, los políticos correístas, e incluso las autoridades religiosas, acogieron el proyecto, lo apoyaron y lo celebraron públicamente, pero cuando empezó la demanda por estafa, todos parecieron coludirse en el silencio.
La última información sobre el viaje y la entronización se publicó en la página de Facebook de la iniciativa. Ahí se especificaba que “se ha decidido que el evento se realice en el año 2017″. Sin embargo, tampoco sucedió nada.
Hasta hoy no se conoce la ubicación de la imagen. Jamás se instalaría una imagen de esas características en los Jardines del Vaticano, como se anunció en 2016, pues en las 23 hectáreas que comprenden esos jardines solo se encuentran esculturas de la época medieval elaboradas en mármol de carrara. No hay registro de que se instalara una imagen distinta a esas características.
Infobae
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