Es posible que tengas algún familiar de avanzada edad que ha fumado durante la mayor parte de su vida y que jamás ha tenido un cáncer de pulmón. ¿Cómo puede ocurrir eso cuando los productos de tabaco causan hasta el 90 por ciento de las muertes por cáncer de pulmón en muchos sitios?
La respuesta no es porque se mueren antes, pero mientras que dejar de fumar es la mejor protección contra el cáncer de pulmón, lo cierto es que hay cientos de miles de casos donde los fumadores empedernidos jamás han desarrollado la enfermedad.
De hecho, la gran mayoría no la desarrolla, y ahora la ciencia parece estar más cerca que nunca de resolver el enigma a través de un nuevo estudio recientemente publicado. ¿La clave? La genética juega un papel fundamental.
Tal y como explican en su trabajo los investigadores, entre las personas que fuman pero nunca desarrollan cáncer de pulmón, encontraron una ventaja inherente. Las células que recubren sus pulmones parecen tener menos probabilidades de mutar con el paso del tiempo. Dicho de otra forma, el estudio parece constatar que los genes de reparación del ADN son más activos entre algunas personas, lo que puede proteger contra la aparición de cánceres, incluso cuando se fuman cigarrillos con regularidad.
Para llegar hasta esta conclusión, los investigadores utilizaron perfiles genéticos tomados de los bronquios de 14 no fumadores y 19 fumadores leves, moderados y empedernidos. Luego, las células de superficie recolectadas de los pulmones de los participantes se secuenciaron individualmente para medir las mutaciones en sus genomas. Como explica el epidemiólogo y neumólogo Simon Spivack, del Colegio de Medicina Albert Einstein.
Estas células pulmonares sobreviven durante años, incluso décadas, y por lo tanto pueden acumular mutaciones tanto con la edad como con el tabaquismo. De todos los tipos de células del pulmón, estos se encuentran entre los más propensos a volverse cancerosos. Los hallazgos demuestran inequívocamente que las mutaciones en el pulmón humano aumentan con la edad natural, y entre los fumadores, el daño en el ADN es aún más significativo.
Sin embargo, el trabajo encontró que no todos los fumadores corren la misma “suerte”. Sí, la cantidad de cigarros que se fuma se vinculaba con un aumento en las tasas de mutación celular, pero después del equivalente a unos 23 años de fumar un paquete al día, ese riesgo se estabilizaba. Según Spivack:
Los fumadores más empedernidos no tenían la mayor carga de mutación. Nuestros datos sugieren que estas personas pueden haber sobrevivido durante tanto tiempo a pesar de su tabaquismo porque lograron suprimir una mayor acumulación de mutaciones. Esta nivelación de mutaciones podría deberse a que estas personas tienen sistemas muy competentes para reparar el daño del ADN o desintoxicar el humo del cigarrillo.
No solo eso. Dichos hallazgos también podrían explicar por qué la mayor parte de los fumadores de toda la vida nunca desarrollan cáncer de pulmón. Incluso podría ayudar a explicar por qué algunas personas que nunca fuman desarrollan tumores, ya que el estudio sugiere que el hecho de que estas mutaciones se conviertan en tumores depende de lo bien que el cuerpo puede reparar el ADN o reducir el daño del ADN.
Gizmodo
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