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Jue. Nov 21st, 2024
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Los expertos aconsejan el consumo de dos a cuatro tazas de té al día.

Diversos estudios muestran los beneficios del té en relación con el cáncer, las enfermedades cardiometabólicas, el rendimiento cognitivo y la función inmunitaria.

MADRID.- Destacados científicos de la nutrición de todo el mundo se reunieron en el Sexto Simposio Científico Internacional sobre el Té y la Salud Humana para presentar las últimas pruebas que apoyan el papel del té en la promoción de una salud óptima, desde la función inmunitaria y la cognición hasta la salud cardiovascular y la prevención del cáncer.

Con los nuevos descubrimientos de la comunidad científica internacional que dan credibilidad a las propiedades saludables del té, la segunda bebida más consumida del mundo, después del agua, los ponentes del simposio ofrecieron una completa actualización de las recientes investigaciones sobre los beneficios del consumo de té para la salud humana.

«Cada vez son más las investigaciones realizadas en todo el mundo que demuestran que el consumo de té puede mejorar la salud humana de muchas maneras», ha señalado el presidente del simposio, el doctor Jeffrey Blumberg, catedrático emérito activo de la Escuela Friedman de Ciencia y Política de la Nutrición de la Universidad Tufts (Estados Unidos).

«Los verdaderos tés, que incluyen el negro, el verde, el blanco, el oolong y el oscuro, pueden contribuir significativamente a la promoción de la salud pública –ha añadido–. Las pruebas presentadas en este simposio revelan resultados -que van de sugestivos a convincentes- sobre los beneficios del té en el cáncer, las enfermedades cardiometabólicas, el rendimiento cognitivo y la función inmunitaria«.

El té contiene flavonoides, compuestos naturales con propiedades antioxidantes, que proporcionan compuestos bioactivos que ayudan a neutralizar los radicales libres que pueden dañar elementos del cuerpo, como el material genético y los lípidos, y contribuir a la aparición de enfermedades crónicas. El té también contiene L-teanina, un aminoácido que, en su mayor parte, solo se encuentra en el té.

«El té puede ayudar a reforzar el sistema inmunitario y aumentar la resistencia del cuerpo a las enfermedades –afirma el doctor Dayong Wu, del Laboratorio de Inmunología Nutricional del Centro de Investigación sobre Nutrición Humana Jean Mayer del USDA en la Universidad Tufts–. En el caso de que se enferme, el té puede ayudar a su cuerpo a responder a la enfermedad de una manera más eficiente deshaciéndose de la infección y también puede aliviar su gravedad cuando se producen».

En una revisión exhaustiva de los datos publicados sobre este tema presentada en el simposio, Wu concluyó que se ha demostrado que en el caso del té verde, las catequinas ayudan al huésped a luchar contra una variedad de patógenos al disminuir la capacidad del patógeno para infectar al huésped y ayudar al sistema inmunitario del mismo a entrar en acción. También se ha demostrado que con el té verde, las catequinas mejoran los trastornos autoinmunes al promover la autotolerancia, suprimir el ataque inflamatorio inducido por el autoantígeno y mejorar la reparación de los tejidos.

Cuando se trata de la función cognitiva, el té también puede ofrecer importantes beneficios. «Hay pruebas sólidas de que el té y sus componentes parecen ser beneficiosos en condiciones de estrés. El ámbito cognitivo más profundo sobre el que parece actuar el té es la atención y el estado de alerta –explica la doctora Louise Dye, profesora de Nutrición y Comportamiento de la Universidad de Leeds–. Con estos efectos sobre la atención, el té es una bebida óptima de elección en una época de elevado estrés y agotamiento en todo el mundo».

En su revisión de las investigaciones publicadas sobre este tema, Dye reveló que las pruebas de los ensayos controlados aleatorios respaldan la conclusión de que el consumo de té puede producir efectos beneficiosos agudos a corto plazo sobre la atención, medidos mediante pruebas objetivas como el test de cambio de atención y sobre los informes subjetivos de alerta.

Los estudios muestran sistemáticamente los efectos beneficiosos de una dosis elevada de L-teanina, junto con una dosis menor de cafeína, en el rendimiento de las tareas de atención. Estos resultados indican que la combinación única de cafeína y L-teanina que se encuentra en el té puede mejorar la atención.

Al no existir tratamientos farmacológicos eficaces para la demencia, la prevención es la clave. Se calcula que entre el 40 y el 50% de las demencias podrían prevenirse mediante cambios en los factores del estilo de vida. En una revisión de las investigaciones publicadas sobre el té y el deterioro cognitivo, el doctor Jonathan Hodgson, profesor del Instituto de Investigación Nutricional de la Universidad Edith Cowan, explica que «cada vez hay más pruebas de que tan solo una o dos tazas de té al día podrían reducir significativamente el riesgo de demencia vascular y, potencialmente, de enfermedad de Alzheimer».

Datos recientes de alta calidad procedentes de estudios de cohortes prospectivos a largo plazo indican que un mayor consumo de té -a partir de una taza diaria y hasta 5 ó 6 diarias- se asocia a un menor riesgo de demencia. Los datos de estos estudios también indican que un consumo moderado de los flavonoides presentes en el té se asocia a un menor riesgo de deterioro cognitivo.

Los beneficios máximos del té pueden obtenerse con tan sólo 2 ó 4 tazas al día, con pocos beneficios adicionales con ingestas más elevadas. Los resultados de estos estudios también sugieren que la protección proporcionada puede ser más fuerte para la protección contra la demencia vascular, una de las formas más comunes de demencia.

Al examinar los datos existentes sobre el té y la prevención del cáncer, un mayor consumo de té puede reducir el riesgo de algunos cánceres. Hay pruebas de que los flavonoides del té pueden actuar a través de mecanismos antioxidantes, antiangiogénicos y antiinflamatorios, además de modificar el perfil de la microbiota intestinal. Al ser una bebida rica en flavonoides, que son compuestos bioactivos con varias propiedades anticancerígenas en estudios experimentales, hay indicios de que puede reducir el riesgo de cáncer de vías biliares, de mama, de endometrio, de hígado y de boca.

«Aunque hay que seguir investigando para determinar la dosis exacta, la conclusión que podemos compartir es que un mayor consumo de té puede reducir el riesgo de algunas formas de cáncer», afirma el doctor Raúl Zamora-Ros, investigador principal de la Unidad de Nutrición y Cáncer del IDIBELL.

Sobre la base de una amplia variedad de diseños de investigación científica, dos tazas de té sin azúcar al día tienen el potencial de mitigar el riesgo y la progresión de las enfermedades cardiometabólicas en los adultos.

En una extensa revisión sobre la salud cardiovascular y el té, la investigación demostró que cada taza de consumo diario de té se asociaba con una media de un 1,5% menos de riesgo de mortalidad por cualquier causa, un 4% menos de riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular (ECV), un 2% menos de riesgo de eventos de ECV y un 4% menos de riesgo de eventos de infarto.


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