Torres Baena, condenado en 2013 a 302 años por el ‘caso Kárate’, saldrá el próximo mes de mayo.
Fernando Antonio Torres Baena, considerado el mayor depredador sexual de menores de España, saldrá de prisión a lo largo de este mes de mayo para disfrutar de un permiso de tres días, el primero que se le concede en los 12 años que lleva encarcelado. Así lo decidió hace unos días el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 3 de Las Palmas en contra del criterio de la Junta de Tratamiento de la prisión de Las Palmas II, donde cumple condena, y con el dictamen favorable del fiscal y de la médico forense del Instituto de Medicina Legal de Las Palmas que ha examinado al reo.
Torres Baena, prestigioso karateca y propietario de una escuela de artes marciales en Las Palmas de Gran Canaria, fue condenado en marzo de 2013 a 302 años de prisión por 35 delitos de abuso sexual y 13 de corrupción de menores, delitos ejercidos contra los alumnos a los que impartía clases. Por el elevado número de afectados -hasta 61 posibles víctimas testificaron- y la prolongación de los abusos a lo largo de muchos años, el conocido como caso kárate es considerado el mayor episodio de pederastia juzgado hasta ahora en España.
Torres Baena, según explica su abogado, Ángel Luis Calonge, había solicitado permisos en varias ocasiones, pero siempre le habían sido denegados por la Junta de Tratamiento de la Prisión. La última vez, el pasado 6 de mayo de 2021. Tras esta negativa, el karateca presentó un recurso ante el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria y éste se ha pronunciado ahora a su favor. La función del Juez de Vigilancia Penitenciaria, dice el auto que le concede la salida, es «proporcionar el mejor régimen y tratamiento» a los internos «en orden a obtener la reeducación y la reinserción» «y no la de justiciero o vengador, añadiendo nuevas penas a las establecidas por el órgano sentenciador».
El juez de vigilancia penitenciaria, quien, según recoge en el auto, se ha entrevistado varias veces con el interno y con la forense que lo ha examinado, argumenta su decisión en que «todos los informes reiteran el buen comportamiento y aprovechamiento del tiempo que ha llevado a cabo el penado durante su estancia en la cárcel», de lo que concluye que «se han modificado positivamente los factores criminológicos; circunstancias éstas que, valoradas conjuntamente, no suponen un riesgo evidente de comisión de nuevos delitos». La concesión del permiso, concluye el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria, es «lo mejor para él y para la sociedad a la que retornará cuando cumpla su condena, y para lo que hay que ir preparándoles, tanto a uno como a otra, por el bien de todos».
SEGUIMIENTO PSICOLÓGICO
El auto menciona también el contenido del seguimiento psicológico realizada a Torres Baena en prisión, que califica de elevado su riesgo de reincidencia. «El informe psicológico añade que el interno “realiza una buena introspección de sí mismo y está motivado al cambio”, si bien señala que “el efecto intimidatorio de la condena no es suficiente para asegurar la no reincidencia” y según la tabla de variables de riesgo éste se califica de “elevado”».
La resolución contrapone a este dictamen que Fernando Torres Baena «nunca empleó la violencia ni intimidación» y que se valió de su condición de profesor de kárate para abusar de sus víctimas, actividad para la que está inhabilitado. «No parece probable que pueda cometer más delitos del tipo de los que cometió, pues carece de gimnasio y de alumnos, es decir, de la estructura básica que le permita la captación y manipulación de sus víctimas, sin que sea posible organizar todo ello en un breve permiso penitenciario».
El auto pone en valor la «buena conducta» que ha observado en prisión y que no le consta «ninguna sanción». «Estudia Antropología en la UNED y sus actividades prioritarias en la prisión se califican con la evaluación global de “excelente”».
«No entiendo por qué esto es noticia, es un permiso de tres días, entra dentro del régimen ordinario de todas las prisiones y es el primero que se le concede en 13 años», dice el abogado del karateca.
Para acceder a un permiso, a los presos en segundo o tercer grado, la ley exige que hayan cumplido una cuarta parte de la condena y no observen mala conducta. Puesto que el máximo de estancia en prisión es de 20 años, Torres Baena, encarcelado desde febrero de 2010, ha cumplido ya más de la mitad de lo exigido.
Ante el auto que le concede este permiso cabía recurso, pero las víctimas no lo han presentado. Éstas crearon en 2010 Avicka, Asociación de Víctimas y Afectados del caso Kárate, y acudieron al juicio que se desarrolló durante siete meses y medio -de marzo a diciembre de 2012- representadas por José María Palomino. El abogado no ha querido valorar la medida ante los medios de comunicación, tampoco ante este diario.
Los iniciaba en el sexo con sólo 10 años: “Yo no sabía qué era eso”
Campeón nacional de kárate en 1979, presidente de la Federación de kárate de Gran Canaria y formador de campeones mundiales en esta disciplina entre otros títulos, el escándalo que ocultaba la escuela de artes marciales de Fernando Torres Baena salió a la luz en 2010, cuando la madre de una alumna que llevaba años sufriendo abusos puso una denuncia. A ella le siguieron decenas de alumnos que relataban hechos similares. Torres Baena funcionaba como el líder de una secta y se valía de su prestigio y su ascendencia sobre los menores para manipularlos psicológicamente y convencerlos de que las prácticas sexuales a las que los sometía formaban parte de la normalidad y los convertirían en mejores luchadores. Una de las víctimas, de 18 años cuando se celebró el juicio, relató que el profesor lo inició en el sexo a los 10: «Yo no sabía qué era eso».
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