Si bien el trópico de Cochabamba ya acumuló poder político durante los 14 años del Gobierno de Evo Morales, cuando éste dejó la presidencia y se atrincheró en esa zona su influencia creció aún más. Tanto así que se ha convertido en un epicentro de toma de decisiones dentro el Movimiento Al Socialismo e incluso del propio gobierno de Luis Arce, según refieren exmilitantes de ese partido y analistas.
En el trópico se evalúa la gestión del gabinete de Arce, se define la expulsión de militantes o la interpelación a ministros. Incluso el propio Presidente y ministros viajan a esa zona para debatir la agenda del Gobierno con la cúpula de dirigentes de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba, al mando de Evo Morales.
Además del poder político, el trópico es una zona privilegiada para la inversión estatal. Se calcula que en los últimos años se destinó 1.500 millones de dólares en obras de infraestructura.
“(El trópico) es su nación de Evo Morales, Bolivia está sometida a sus seis federaciones porque él quiere imponer su hegemonía sin considerar otros sectores y regiones del país”, dijo el exsenador por el MAS y dirigente político Román Loayza.
El también exasambleísta por el partido azul Lino Villca Delgado indicó que el trópico de Cochabamba pareciera que es un estado federal, donde la Policía Boliviana, las Fuerzas Armadas no desarrollan de manera autónoma sus labores, además de haberse dotado de su propia policía sindical. “Hoy en día Bolivia está siendo manejada por un grupo de poder que está en Chapare, ellos determinan la agenda política del Estado. En este momento tiene problemas con su presidente que es Luis Arce, pero sigue definiendo en torno a las organizaciones sociales con sus paramasistas sindicales”, sostuvo.
Obras
Villca Delgado dijo que en todo este periodo el partido gobernante, de la mano de Morales, sólo trabajó para el desarrollo de Chapare, y, lamentablemente, otras regiones recibieron migajas.
Durante la administración de Morales, se invirtió más de 1.500 millones de dólares en grandes obras en la región del trópico de Cochabamba, mientras que sólo se destinaron 35 millones de dólares en obras medianas para los Yungas de La Paz.
La planta de urea y amoniaco en Bulo Bulo, una de las grandes obras construidas por el Gobierno en la zona del trópico de Cochabamba, costó 953 millones de dólares y el aeropuerto Soberanía de Chimoré tuvo una inversión de casi 35 millones de dólares. También se construyó la termoeléctrica de Entre Ríos por más de 370 millones de dólares, además de hospitales, hidroeléctricas, estadios y otras obras.
Digitación
En diciembre de 2021, el líder de los cocaleros en reunión en Eterazama concentró a los dirigentes y militantes del MAS para evaluar la gestión de Arce.
Criticó a un ministro del gabinete porque dijo que la justicia y la salud están bien Bolivia.
“Mi recomendación pública, desde acá: hermano Lucho, si tiene que cambiar ministros, cambie. (Es) su responsabilidad. Y (tienen que ser) ministros que lo defiendan al hermano Lucho, presidente”, dijo en esa oportunidad.
Arce en Chapare
Pese a las sugerencias de Morales, el presidente Arce decidió mantener a su equipo de colaboradores.
Para comunicar esta decisión, el mandatario viajó Chapare, oportunidad en la que se reunió con dirigentes cocaleros, no participó Morales porque se encontraba de viaje en Paraguay.
En tanto, el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, viajó a Chapare, para reunirse con Morales y los dirigentes de esa región para hablar de precio de la coca y la erradicación de cultivos excedentarios.
Analistas observan que Morales genera malestar
Asambleístas de oposición y analistas consideran que hay una pugna interna de poder en el Movimiento Al Socialismo (MAS), que atenta contra la administración del presidente Luis Arce, ven una especie de conspiración contra el actual mandatario.
“Parece que el principal problema para la estabilidad del gobierno y del MAS será el propio expresidente Evo Morales. Es necesario que haya una legitima pugna política interna”, sostiene el historiador e indianista Pedro Portugal.
Para el diputado Alejandro Reyes (CC), no hay un gobierno central sino centros de poder.
“Tenemos dos presidencias: la presidencia del partido de gobierno, Morales, y el presidente del Órgano Ejecutivo, Luis Arce, ambos conflictuados, ambos en un divorcio claro y latente. Lo peor de todo es que la gestión pública está empantanada, no existe un gobierno existe un desgobierno”, manifestó.
Portugal dijo que “hay una obsesión personal de Morales de querer volver a retomar el poder y eso se constituye en un verdadero problema para el gobierno de Luis Arce.
Incómodo
Señaló que el hecho de que haya un gobierno de su mismo partido incomoda a Evo y no quiere el éxito, pero, además, su estrategia es eliminar a los que le hacen sombra.
Reyes indica que hay un centro de poder en el Chapare, y que claramente está presionando al presidente Arce para copar la gestión pública.
En los ultimos días, Arce y el vicepresidente David Choquehuanca han realizado llamados a la unidad a toda su militancia política.
Morales y cúpula tras de Del Castillo
En Chapare se abrió un nuevo frente para el Gobierno central. La Coordinadora de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba advirtió al ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, con movilizaciones si no demuestra con pruebas sus acusaciones sobre dirigentes y diputados que se enriquecen con el negocio de la coca. Al mando del líder de la organización productora de coca en la región de Chapare, los dirigentes dieron lectura de un pronunciamiento. El titular de Gobierno no convenció con las explicaciones dadas a los asambleístas del MAS, por lo que activaron una interpelación.
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