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Una encuesta de la organización no gubernamental (ONG) SOS Mata Atlântica reveló que sólo el 6,8% de los ríos de la Mata Atlántica del país tienen agua de buena calidad. La investigación no identificó cuerpos de agua con calidad óptima. Más del 20% de los puntos de los ríos analizados tienen agua de mala o muy mala calidad, es decir, sin condiciones para su uso en la agricultura, la industria o el abastecimiento humano, mientras que en el 72,6% de los casos las muestras pueden considerarse regulares.

Los datos están incluidos en la nueva edición de la encuesta El Cuadro de la Calidad del Agua en las Cuencas de la Mata Atlántica, realizada por el programa Observando los Ríos de SOS Mata Atlântica. La entidad evalúa que Brasil aún está lejos de alcanzar el ideal de agua en cantidad y calidad para diferentes usos. La encuesta se publica en el Día Mundial del Agua, celebrado este martes (22).
“Los resultados de 2021 nos muestran que todavía estamos en una situación de alerta con respecto al agua, nuestros ríos, ya que menos de la mitad de la población brasileña tiene acceso a servicios de alcantarillado. Y los ríos nos dirán lo que está pasando”, dijo el coordinador del programa Observando os Rios, Gustavo Veronesi.
Explicó que el cuadro de la calidad del agua en las cuencas de la Mata Atlántica es una alerta sobre la condición ambiental de la mayoría de los ríos en los estados del bioma. La insuficiencia de agua para usos múltiples y esenciales puede ser, según la entidad, consecuencia de factores como la contaminación, degradación de suelos y bosques nativos, además de precarias condiciones de saneamiento.
Veronesi agregó que las poblaciones más pobres son las más afectadas por las deficiencias en la estructura de los servicios básicos, que son agua, alcantarillado sanitario, manejo de residuos y manejo de aguas pluviales, pilares del saneamiento básico.
Los indicadores fueron obtenidos entre enero y diciembre de 2021 por 106 grupos voluntarios de monitoreo de la calidad del agua. Se realizaron un total de 615 análisis en 146 puntos de recolección en 90 ríos y cuerpos de agua en 65 municipios en 16 estados del bioma Mata Atlántica. Estos estados son Alagoas, Bahia, Ceará, Espírito Santo, Mato Grosso do Sul, Minas Gerais, Paraíba, Paraná, Pernambuco, Piauí, Rio de Janeiro, Rio Grande do Norte, Rio Grande do Sul, Santa Catarina, São Paulo y Sergipe.
Según SOS Mata Atlântica, hubo pocos cambios en relación a los resultados del período de seguimiento anterior, el año pasado, con algunos casos localizados. Los análisis comparativos para los años 2020 y 2021 consideran los indicadores medidos en 116 puntos fijos de seguimiento. En 2021 fueron nueve puntos con buena calidad (en 2020 fueron 12); 84 con calidad regular (80 en 2020); 22, mala (21 en el año anterior) y solo una muy mala, mientras que en 2020 fueron tres.
Sobre el hecho de que no hay grandes avances de un año para otro, Veronesi destacó que el proceso de recuperación es mucho más lento que la ocurrencia de la contaminación. «Un servicio de saneamiento tarda mucho en dar resultados, véase el proyecto de descontaminación del río Tietê, tardamos 30 años en poder medir mejoras en algunos puntos, en algunos ríos de las cuencas del Alto y Medio Tietê».
“Limpiar un río es cuestión de segundos, es fácil. Ahora limpiar, limpiar, lleva mucho más tiempo, porque depende de cuánto tiempo tarde la naturaleza en limpiarse y que nosotros paremos también, nuestra naturaleza humana en dejar de ensuciarse. Río no es sucio, somos nosotros los que ensuciamos. Somos responsables de la suciedad y también de la limpieza, entonces es un esfuerzo de toda la sociedad y, obviamente, el poder público tiene un papel central».
Como ejemplo positivo, la entidad destacó el lago Ibirapuera, ubicado en la capital paulista, donde el agua pasó de regular a buena, con informes de aparición de peces en su desembocadura. Otra evolución ocurrió en Tietê, en Santana do Parnaíba, en las afueras del Gran São Paulo, que siempre recibió muchas aguas residuales y basura de la región metropolitana y siempre venía con muy mala o mala calidad con el tiempo. Sin embargo, este año ha mejorado a calidad regular, lo que significa, según Veronesi, que las obras de saneamiento están surtiendo efecto.
Por otro lado, una situación que llamó la atención de la entidad fue el empeoramiento de la calidad de los ríos en Mato Grosso do Sul, en la región de Bonito. “Cuando hablamos de este lugar, la gente inmediatamente piensa en las aguas cristalinas que existen allí, especialmente en el río Bonito. Hubo un empeoramiento en todos los puntos de monitoreo en ese estado. Los cuatro puntos donde pudimos hacer una comparación con relación al período anterior tuvieron un empeoramiento en la calidad promedio”.
Según él, este resultado muestra que la calidad del agua puede estar relacionada con la deforestación, “porque el Atlas de la Mata Atlántica también ha notado que esta es una región que sufre mucho por la deforestación ilegal -esto ha estado sucediendo- y, cuando cambias, toma el bosque, que es un filtro para el agua y cambia el uso del suelo, esto tiene un impacto. El río nos dice todo, nos dice lo que está pasando en una cuenca”, dijo.
Para Veronesi, una de las soluciones es contener la deforestación ilegal. “Este es un tema que debería ser de primer orden, de primera necesidad, incluso por razones de emergencia climática, y la Mata Atlántica es uno de los biomas más importantes para nosotros para contener el calentamiento global”, dijo. Mencionó la necesidad de políticas públicas más efectivas relacionadas con la reforestación, la preservación de áreas de protección permanente y la restricción del uso
Fuente: agenciabrasil.ebc.com.br
