El porcentaje de población necesario para lograr el umbral de protección frente al SARS-CoV-2 pasó de 70 a 95% con la última variante surgida. Cuál es la causa.
El término forma parte del nuevo “glosario COVID” del que el mundo entero se hizo conocedor desde que el SARS-CoV-2 hizo su irrupción en el mundo en diciembre de 2019.
La inmunidad de grupo, también llamada inmunidad colectiva o inmunidad de rebaño, es un fenómeno bioestadístico que se observa en una población cuando parte de ella se hizo inmune a una enfermedad por contagio previo o porque fue vacunada y se interrumpe la cadena epidemiológica entre sus individuos, provocando una forma indirecta de protección contra una enfermedad previniendo que individuos no inmunizados se contagien.
Así, se convirtió en el objetivo a lograr para poner fin a la pandemia.
Sin embargo, las nuevas variantes del virus fueron poniendo a prueba la protección de las vacunas, y hoy un reciente estudio de la Universidad de Alicante (UA) estima el umbral de la inmunidad de rebaño frente a la variable Ómicron en el 95% de la población, un porcentaje, según sus autores, “inalcanzable”.
Esta es una de las conclusiones del trabajo Advertencias sobre el umbral de inmunidad del rebaño COVID-19: el caso de España, publicado en la revista Scientific Reports y llevado a cabo por un equipo interdisciplinar de investigadores de los departamentos de Matemática Aplicada, de Ecología y del Instituto Multidisciplinar de Estudios del Medio (IMEM) Ramón Margalef de la UA.
El estudio abarca un análisis detallado del umbral de inmunidad de rebaño (HIT, por sus siglas en inglés) de la variante ancestral del COVID-19, que era la dominante al principio de la pandemia, desde diferentes enfoques, según informaron a Efe fuentes de la UA.
También cuantifica la influencia de tres factores clave como son la fuente y la calidad de los datos, la evolución de la infectividad en el tiempo y la metodología para estimar la R0, que es un valor esencial en estos cálculos porque establece a cuántas personas contagiará, en promedio, un infectado a principio de la pandemia.
Sobre el análisis detallado del HIT, el trabajo de la UA permite estimar indirectamente un nuevo valor de R0 con las variantes dominantes actuales: Delta y Ómicron.
El profesor del departamento de Matemática Aplicada de la UA David García, quien lideró el equipo investigador que realizó el estudio recordó que la inmunidad de rebaño estaba al 70%, según se establecía comúnmente por fuentes oficiales desde el principio de la pandemia y cuando se inició la vacunación.
Sin embargo, según él, con las nuevas variantes, los autores del trabajo de la UA estimaron que la inmunidad de rebaño estaría sobre el 90% de la población vacunada frente a la variante Delta y en el 95% a la Ómicron, tres veces más contagiosa que la anterior.
Es que, tal como explicaron, cuanto más contagiosa es una variante, más alta deberá ser la inmunidad de rebaño: se requiere un mayor porcentaje de personas vacunadas para que el virus deje de propagarse, ha señalado este experto.
García precisó que este porcentaje del 95% es “una cifra inalcanzable”, incluso aunque se tuviera una vacuna que cortase la transmisión. A este respecto, expuso: “Hay personas que no se pueden vacunar y otras que no quieren vacunarse, a lo que hay que añadir que las vacunas no evitan la transmisión del virus, como se ha comprobado estas Navidades, en las que la población ya estaba altamente vacunada y, aun así, ha sido la ola más fuerte, aunque con consecuencias menores gracias a esa protección de las vacunas”.
Los resultados presentados son válidos para una población mezclada aleatoriamente con una dinámica de propagación similar a la de España en su conjunto. Sin embargo, incluso las regiones españolas muestran dinámicas diferentes entre sí, lo que puede dar lugar a valores de HIT específicos para cada región.
Ante esto, “hay que tener en cuenta, además, que ninguna de las tres vacunas administradas en España es capaz de prevenir completamente la transmisión del virus, por lo que, incluso con un 90% de la población vacunada, probablemente no se alcanzará el HIT -comentó García-. Sin embargo, es cierto que el riesgo de infección se reduce significativamente para las personas vacunadas, lo que reduce directamente el R0″.
En caso de infección, también disminuye “la transmisión del virus, lo que supone que, aunque la transmisión no se impida completamente con las vacunas, cuanto mayor sea la proporción de población vacunada, menor será el umbral de inmunidad de rebaño”, ha subrayado el investigador de la UA.
Sobre la distribución de la pandemia por regiones, García opinó que, “en cualquier caso, aunque se alcance la HIT, no será la panacea”.
Si se logra “la inmunidad de rebaño en la mayoría de los lugares de un país, pero hay algunas regiones específicas o subgrupos de población en una región con un porcentaje de individuos inmunes por debajo del HIT, será posible que se produzcan brotes locales en esas regiones o subgrupos”, apuntó.
Con información de Efe
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