Sexoservidoras del barrio de tolerancia de la ciudad recibieron dosis de refuerzo contra la COVID-19. Unas retomaron ciertas posiciones sexuales con cubrebocas
Hace tres meses, Génesis volvió a trabajar en el barrio de tolerancia de Guayaquil, conocido como La ‘18’. Por temor a contagiarse de la Covid-19, ella había dejado el oficio sexual durante dos años.
En la época en que ‘colgó’ los tacones, su familia la apoyó con dinero, pero también se las buscó de diversas formas, como en la venta de perfumes. Ahora está tranquila, pues ya tiene la tercera dosis de la vacuna contra el ‘bicho’.
El miércoles 16 de febrero de este 2022, la mujer de cabellera y cejas oscuras fue una de las más de 500 sexoservidoras que recibieron la dosis de refuerzo contra la enfermedad, en uno de esos centros de diversión para adultos de la 18 y Brasil, en el suroeste.
El proceso, además de darles calma, les sirvió como ‘pasaporte’ para trabajar, porque deben presentar el carné actualizado para ingresar a sus jornadas diarias.
ALGUNOS NO ‘JALAN’
La primera fase de vacunación en la también llamada ‘6×3’, fue en marzo de 2021 y la segunda, en agosto. La tercera etapa coincidió en esta semana con el anuncio del Ministerio de Salud, respecto a la posibilidad de que en unos dos meses no sea obligatorio usar mascarillas en espacios abiertos, siempre que los contagios continúen a la baja a escala nacional.
A pesar de la probable medida, Génesis seguirá utilizando cubrebocas dentro y fuera de las habitaciones por su seguridad sanitaria. “Todo este tiempo he venido tomando las precauciones necesarias, como el uso de alcohol, gel y lavado de manos”, comentó.
Ella les pide a sus usuarios que también tengan los protectores faciales. La mayoría comprende la situación y cumple, pero a unos les cuesta ‘jalar’ (tener sexo), teniendo la nariz y boca cubiertas, contó entre risas.
Lo bueno para ellos, refirió, es que por la menor incidencia del virus y la puesta de su última dosis, próximamente planea retomar posiciones sexuales que ya no practicaba con los usuarios, por el peligro de infectarse.
Nathaly, otra sexoservidora, mencionó que luego del primer año de la pandemia en los ‘cuerpeos’ ella solo se ubicaba boca abajo o de espaldas a la cara de los clientes, para que no haya cercanía entre rostros.
Después fue permitiendo ciertas posturas frente a frente, pero siempre con mascarillas.
“Aunque eliminen su utilización en sitios abiertos, en el cuarto es otro ‘cuento’. Uno igual busca apelar a la conciencia de los caballeros. Los mayorcitos son los que más se cuidan, los jóvenes un poco menos”, explicó.
En su opinión, tardará un tiempo hasta que el servicio sea como antes, cara a cara, sin nada sobre el rostro. Esto dependerá de qué tan cómodos y seguros se sientan los usuarios y las chicas.
PENDIENTES DE LAS DETECCIONES
En la ‘18’, las trabajadoras deben presentar su carné de vacunas para laborar. Además, al menos una vez al mes se hacen pruebas para ver si han resultado infectadas con la Covid y realizar el aislamiento.
Al ingreso también se les pide el carné a los usuarios, quienes deben presentarlo junto con la cédula. También se verifica que exista distanciamiento social y la utilización de mascarillas en el interior del sitio, para evitar contagios.
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