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Jue. Nov 21st, 2024
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El sistema de pensiones gasta más de lo que recibe de sus aportantes activos. El déficit podría superar el 130% del PIB nacional en los próximos 28 años.

Si bien la corrupción y el malgasto son problemas importantes en el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), su mayor impacto se siente en el fondo de salud, a través de las irregularidades en la compra de medicamentos y en la administración de los hospitales.

En el caso del fondo de pensiones, sin embargo, el mayor hueco en el financiamiento y la sostenibilidad a mediano y largo plazo viene dado porque cada vez hay menos aportantes activos.

Así, por ejemplo, desde mayo de 2021 hasta enero 2022, se generaron 244.226 empleos adecuados adicionales. Sin embargo, solo uno de cada cuatro de esos nuevos trabajadores formales (con ingresos desde $425 mensuales) se afilió a la seguridad social.

Es decir, durante los 9 meses del gobierno de Guillermo Lasso se ha profundizado el problema estructural de un sistema de pensiones que gasta más de lo que recibe.

El déficit sigue creciendo

2013 fue el último año en donde las aportaciones ($2.150 millones) superaron al pago de prestaciones ($2.056 millones). A partir de ahí, el déficit ha sido creciente.

Según Andrea Vinueza, economista, esto se debe a varios factores, además de la precarización del mercado laboral, también está la eliminación del 40% de aporte estatal en la última etapa de la década correísta, la utilización política de los fondos, y la reducción de la tasa de aportación al sistema de pensiones, con el fin financiar el aumento de beneficiarios de atenciones médicas (menores de 18 años, enfermedades catastróficas, entre otros).

“Estamos en un escenario donde necesitaríamos más de 5 afiliados por cada jubilado, pero tenemos 3.  El mal manejo político ha profundizado los efectos de la pobre oferta laboral. Cada vez las empresas buscan contratar jóvenes con salarios lo más bajo posibles, y buscando fórmulas para no afiliar personal al IESS. La estructura productiva es poco competitiva, y no puede asumir los costos completos de contratación”, dijo.

Se necesitan medidas para combatir el déficit

En 2021, el pago de prestaciones sumó más de $4.600 millones; mientras las aportaciones sólo llegaron a $2.290 millones, lo que significa un déficit de $2.310 millones.

Si no se toman medidas para revertir esta situación, hasta 2050 se acumularán déficits equivalentes al 134% del Producto Interno Bruto (PIB), es decir, alrededor de $134.000 millones.

Esas medidas no solo incluyen cambios en el cálculo de las pensiones y la edad de jubilación, como ha anunciado el presidente de Consejo Directivo del IESS, Francisco Cepeda; sino también una reforma laboral y de inversiones que permita generar más actividad económica.

Solo si hay más empresas, más competencia, y más mercados para los productos ecuatorianos, se podrán generar puestos de trabajo con sueldos más altos y todos los beneficios de ley (incluida la afiliación al IESS).

Todavía no se alcanzan los niveles de 2019

Con corte al 31 de enero de 2021, el total de afiliados activos a la seguridad social fue de 3’284.679. Este nivel todavía está por debajo de los 3’352.342 aportantes activos que se tenía hasta el 31 de diciembre de 2019.

En otras palabras, a pesar de que la economía creció 4% el año pasado, y el actual Gobierno resalta la reactivación económica, la mayoría de los nuevos trabajadores encuentran puestos formales sin todos los beneficios, o van directamente al creciente subempleo.

La mayor caída en las afiliaciones al IESS se dio en el sector público, donde se pasó de 610.260 aportantes a 597.746 (alrededor de 12.514 afiliados menos). Por su parte, en el sector privado, sobre todo en actividades comerciales e industriales, se produjo un aumento neto de 70.974 afiliados a la seguridad social.

El aporte voluntario es una opción

Aunque en número menor, sigue el crecimiento de los ecuatorianos, tanto dentro como fuera del país, que dan parte de su sueldo mensual como aportantes voluntarios e independientes. Más de 18.600 personas adicionales se acogieron a esas modalidades desde mayo de 2021.

Carla Borja, 28 años, explicó que desde mediados del año pasado consiguió trabajo, luego de perderlo en marzo de 2020. Sin embargo, su sueldo de $650 es menor a los $800 que ganaba antes de la pandemia.

“Al final tienes menos dinero para el presupuesto diario. En el mejor de los casos, solo una minoría puede hacer el esfuerzo de pagar el plan más barato de salud privada, o pagar como independiente o voluntaria al IESS”, acotó.


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