Costa Rica irá a segunda vuelta tras una de las elecciones más atomizadas de su historia.
De acuerdo a los datos del Tribunal Supremo de Elecciones, con más del 75% de las mesas escrutadas, ninguno de los candidatos había alcanzado el 40% de los votos necesarios para ganar en una primera ronda.
El próximo 3 de abril, serán el expresidente José María Figueres, del Partido Liberación Nacional (PLN), quien obtuvo poco más del 27% de los votos, y el economista Rodrigo Chaves, del Partido Progreso Social Democrático (con más del 16%), quienes se disputen la presidencia del pais centroamericano.
“Nuestros desafíos como país y sociedad son enormes y necesitamos un nuevo gobierno fuerte y unido para salir juntos adelante”, declaró Chaves al conocer que pasaría a la segunda vuelta.
Figueres, por su parte aseguró que, de ganar en abril, promoverá un gobierno de inclusión, donde se respeten los derechos de las mujeres, de las minorías y se abogue por el medio ambiente.
“Todos los derechos para todas las personas. Ese es nuestro inquebrantable compromiso con la sociedad costarricense”, dijo.
En tercer y cuarto lugar de las votaciones quedaron el predicador evangélico Frabricio Alvarado, del Partido Nueva República, (sobre el 15%) y la exvicepresidenta del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), Lineth Saborío con cerca del 13%.
Es la cuarta vez en la historia que Costa Rica necesita ir a segunda vuelta para elegir a su presidente.
Un total de 25 candidatos se presentaron a los comicios en los que los costarricenses fueron convocados a elegir al sucesor del saliente presidente Carlos Alvarado, dos vicepresidentes y los 57 diputados del Congreso para el período 2022-2026.
Según las imágenes trasmitidas por la televisión local, tras el cierre de los centros de votaciones, miles de personas se lanzaron a las calles con banderas y pancartas a la espera de la publicación de los resultados oficiales.
Los costarricenses se reunieron en la neurálgica Fuente de la Hispanidad y en otras avenidas principales de la capital, San José.
Indecisión
Una recesión económica, alto desempleo, la pandemia de coronavirus y acusaciones de corrupción alimentaron el desencanto con el gobierno en la que tradicionalmente ha sido una de las democracias más estables de América Latina.
Y es que, a pocos días de las elecciones, ningún candidato se perfilaba como favorito y ninguno convencía más allá de su formación política.
Las encuestas mostraban un alto nivel de indecisión: más del 30% de la población no sabía a quién darle su voto.
Las dudas llevaron a que un récord histórico de partidos presentaran sus propuestas, pero el alto número también significó una dispersión de las intenciones de voto.
Aunque las encuestas no vaticinaban un ganador claro, las estimaciones favorecían a los candidatos de Liberación Nacional (PLN), José María Figueres Olsen, de Unidad Social Cristiana (PUSC), Lineth Saborío y el cantante evangélico de derecha Fabricio Alvarado, de Nueva República.
Alto abstencionismo
El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) informó que la jornada transcurrió sin irregularidades y con una “extraordinaria” participación ciudadana en un país donde el nivel de abstención en los últimos comicios fue del 34%.
Sin embargo, los primeros resultados sugirieron que el abstencionismo en esta ocasión rondaba el 41%, la cifra más alta de todas las elecciones realizadas en el país desde inicios del siglo XXI.
Un total de 3,5 millones de costarricenses fueron convocados este domingo a las urnas.
En 2018, votó el 65,16% del padrón, según los datos del TSE.
Quiénes van a segunda vuelta
La segunda vuelta en abril será disputada por un candidato de amplia experiencia política y otro que dedicó su vida por años a la investigación de la economía.
Y ambos con polémicas a sus espaldas: uno señalado de corrupción y otro acusado de acoso sexual.
Proveniente de una familia de políticos, Figueres vuelve al ruedo por la casa presidencial tras una larga estancia en el extranjero .
Nacido en 1954, es hijo de José María Figueres Ferrer, “Don Pepe”, quien se levantó en armas y salió victorioso de la guerra civil del 48, fundó la Segunda República y pasó a la historia como el presidente que abolió el ejército en Costa Rica.
José María Figueres comenzó sus labores en el gobierno en 1986 como ministro de Comercio Exterior y luego de Agricultura y Ganadería, lo que le dio paso posteriormente a la carrera por la presidencia.
Su mandato generó controversias luego de asumir varias reformas polémica que fueron de la liberalización bancaria a la reducción del aparato estatal con el cierre de múltiples instituciones gubernamentales costarricenses.
Promovió también la reforma a la Ley de Pensiones y la aplicación de nuevos planes de ajuste estructural, lo que llevó a que su popularidad mermara notablemente hacia el final de su gobierno.
Tras terminar la presidencia, se unió al Foro Económico Mundial, al que renunció luego de que se le señalara de participar en un escándalo de corrupción conocido como caso ICE-Alcatel.
Según denunciaron medios costarricenses, Figueres Olsen habría recibido US$900.000 de la compañía francesa Alcatel, señalada de sobornar a varios políticos y funcionarios costarricenses en varios gobiernos.
Figueres negó los cargos en su contra y alegó que su colaboración con la empresa se limitó a “labores de consultoría”.
Economista
Chaves, por su parte, es un economista de larga trayectoria y con numerosos estudios académicos internacionales.
Se sumó a la carrera por la presidencia tras una breve gestión en el gobierno de Carlos Alvarado y tras haber renunciado al Banco Mundial (BM) por un escándalo de abuso sexual.
Nacido en 1961, fue el candidato con el perfil académicomás alto: estudió en Estados Unidos, tiene un doctorado en Economía y recibió una beca de la Universidad de Harvard para estudiar temas de pobreza en Asia.
Durante casi 30 años trabajó para el BM, lo que lo llevó a realizar investigaciones en América Latina y el Caribe, Europa del Este y Asia, donde terminó siendo nombrado director de la oficina en Indonesia.
Su trabajo en la organización internacional terminó opacado por denuncias de dos trabajadoras de menor rango quienes le atribuyeron “insinuaciones sexuales” y un “patrón de comportamiento inapropiado no deseado” entre los años 2008 y 2013, según se lee en la investigación del caso publicada por el BM.
El economista calificó de “chismes y mentiras” las acusaciones y negó durante su campaña que estas serían motivo para que renunciara al cargo en el Banco Mundial.
Pero las denuncias en su contra han sido un blanco de ataque de sus oponentes y de grupos de derechos civiles.
Chaves regresó después a Costa Rica, donde asumió por casi seis meses el Ministerio de Hacienda tras una oferta del presidente Alvarado.
Sin embargo, según medios locales, las notables diferencias con el mandatario y la filtración de documentos con sus posturas oficiales llevaron a un súbito final su posición en el gobierno.
BBC MUNDO
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