NACIONES UNIDAS – «El racismo y la discriminación no tienen cabida en nuestro mundo, y menos aún en las Naciones Unidas», advierte el Secretario General de la ONU, António Guterres, quien está por nombrar un asesor especial para investigar la creciente discriminación basada en el origen racial, nacional o étnico en el organismo mundial.
“La diversidad de nuestro personal es una fuente de profunda riqueza. Sin embargo, soy plenamente consciente y me preocupa profundamente que algunos colegas hayan experimentado la indignidad, el dolor y las consecuencias del racismo y la discriminación racial en el lugar de trabajo. Esto es inaceptable», dijo Guterres en un mensaje del martes 25 dirigido al personal de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
También se ha comprometido a crear un Grupo Directivo para supervisar la aplicación del Plan de Acción Estratégico (PAE) sobre la discriminación racial e informar de los progresos realizados a los Comités Ejecutivo y de Gestión.
“Estos son los primeros pasos de un esfuerzo incansable por abordar cuestiones que empañan los valores y comportamientos fundamentales de la Organización y degradan nuestra humanidad compartida”, expresó Guterres.
“Con su apoyo, construiremos una cultura de solidaridad y antirracismo en la que cada persona pueda aportar todo su ser al trabajo en un entorno seguro, independientemente de su origen racial, nacional o étnico. Esta es la forma más eficaz de transformar la vida de las personas a las que servimos mediante una mayor profesionalidad, igualdad, dignidad y promoción de la diversidad racial”, imploró el máximo responsable de la ONU.
Según su informe anual presentado a la Comisión Administrativa y Presupuestaria de la ONU en diciembre, las Naciones Unidas tienen actualmente más de 36 000 funcionarios en 463 lugares de destino en todo el mundo.
“La labor de la Secretaría de las Naciones Unidas se basa en la gestión eficaz de las finanzas, los recursos humanos, la tecnología de la información y las comunicaciones, las cadenas de suministro, las instalaciones, los servicios de conferencias y las operaciones de seguridad y protección, así como en la comunicación de la labor de la Organización al público de todo el mundo», dice el informe.
Proceso interno de denuncias
Aitor Arauz, presidente del Sindicato del Personal de las Naciones Unidas (UNSU, en inglés) y secretario general de la Federación Internacional de Funcionarios de las Naciones Unidas (UNISERV, en inglés), dijo a IPS que la publicación del Plan de Acción Estratégico de la Secretaría General es la culminación de un proceso de introspección colectiva, de decir la verdad y de determinación para el cambio”.
Explicó que ese plan “surgió de una trascendental reunión convocada por el Sindicato del Personal de Nueva York en junio de 2020, en el punto álgido del movimiento mundial por la justicia racial”.
“Elogiamos la valentía de los colegas que alzaron su voz para denunciar la discriminación que sufren en el lugar de trabajo y para decir: «¡Basta! La ONU tiene que hacerlo mejor», sentenció.
Para Arauz, el secretario general escuchó, respondió con determinación y «no podríamos estar más orgullosos de ver lo lejos que ha llegado el proceso desde entonces».
Las consultas inclusivas que han dado lugar al PAE, dijo Arauz, ofrecen garantías sólidas de la aceptación y el apoyo de la comunidad del personal de la ONU. Los sindicatos del personal están dispuestos a movilizar voluntarios e ideas, pero el compromiso del personal debe ir acompañado de recursos e impulso político por parte de los altos cargos, señaló.
Pero, puntualizó, “un plan no es más que un plan hasta que se lleva a cabo; el trabajo para cumplir nuestros ambiciosos compromisos empieza ahora».
Samir Sanbar, ex subsecretario general de la ONU y jefe del Departamento de Información Pública (ahora rebautizado como Departamento de Comunicación Global), dijo a IPS que, obviamente, el racismo y la discriminación no tienen cabida en las Naciones Unidas.
«Es un requisito integral -casi un juramento del cargo- e inherente al espíritu de la Carta de la ONU», consideró.
Desde su creación, la mayoría del personal de la ONU ha dedicado su carrera y a menudo ha arriesgado su vida en zonas de conflicto para defender la dignidad humana y hacer frente al racismo y la discriminación, señaló.
La decisión de nombrar «un asesor especial y establecer un grupo directivo que informe al Comité Ejecutivo de Gestión», reflexionó, refleja la necesidad de hacer frente a una decepcionante erosión de los principios de la ONU en su ámbito interno.
Parece que conlleva varios nombramientos -incluso de aspirantes a diplomáticos- y requiere algún tiempo para reunirse revisar, informar y aplicar los cambios necesarios.
Guterres, dijo, debe haber percibido el malestar interno para tomar la decisión de nombrar un asesor especial.
«Evidentemente, en un mundo cambiante y en tiempos cambiantes, la ONU y su papel han cambiado. Sin embargo, su marco global inclusivo y sus objetivos humanos permanecen», declaró Sanbar, que ha servido a cinco secretarios generales diferentes.
Las encuestas hablan
Mientras tanto, una encuesta realizada a más de 688 funcionarios de la ONU en Ginebra en 2020 arrojó algunas revelaciones sorprendentes que reafirman el hecho, que ha permanecido oculto durante mucho tiempo, de que «el racismo existe en las Naciones Unidas».
La encuesta puso sobre la mesa que «más de uno de cada tres funcionarios ha experimentado personalmente la discriminación racial y/o ha sido testigo de cómo otros se enfrentan a la discriminación racial en el lugar de trabajo. Y dos tercios de los que experimentaron el racismo lo hicieron por motivos de nacionalidad».
Otra encuesta realizada por el Sindicato del Personal de la ONU en Nueva York fue igualmente esclarecedora.
Según sus resultados, 59 % de los encuestados afirmó que «no cree que la ONU aborde eficazmente la justicia racial en el lugar de trabajo, mientras que uno de cada dos encuestados señaló que no se siente cómodo hablando de la discriminación racial en el trabajo».
Mientras tanto, la Secretaría de la ONU en Nueva York, se tambaleó de forma poco gloriosa, ya que retiró abruptamente su propia encuesta en línea sobre el racismo, en la que pedía a los funcionarios que se identificaran como «negros, morenos, blancos, mixtos/multirraciales y cualquier otro».
Pero la categoría más ofensiva de las que aparecían en la encuesta era la de «amarillo», una descripción racista occidental de larga data de los asiáticos, incluidos los japoneses, los chinos y los coreanos.
Un mensaje por correo electrónico a los empleados decía: «La Encuesta de las Naciones Unidas sobre el Racismo ha sido desconectada y será revisada y reeditada, teniendo en cuenta las legítimas preocupaciones expresadas por el personal».
Los resultados de la encuesta de Ginebra también revelaron:
- Entre los que experimentaron o fueron testigos de racismo, la mayoría del personal indicó que la discriminación racial afectaba a las oportunidades de promoción profesional. Un número significativo del personal también indicó que la discriminación racial se manifestaba en forma de abuso verbal y exclusión de eventos laborales, como la toma de decisiones, las formaciones, las misiones, las asignaciones, etc.
- Un gran número de personas que experimentaron o fueron testigos de discriminación racial, acoso o abuso de autoridad indicaron que no tomaron ninguna medida. La razón más común fue la falta de confianza en los mecanismos de recurso de la organización. Muchos afirmaron también que temían las represalias.
- Los encuestados creen que el racismo debe ser abordado de diferentes maneras. Entre ellas, la responsabilidad y la tolerancia cero, la formación y la sensibilización, una mayor transparencia en la contratación, una diversidad más amplia y un diálogo más abierto sobre el tema.
En su mensaje al personal, Guterres también dijo: «Me comprometo a garantizar que nuestra Secretaría se beneficie de las diversas perspectivas, habilidades y experiencias vividas por todo nuestro personal”.
“La lucha contra el racismo y la discriminación racial es fundamental para este esfuerzo. Esto requerirá sólidas medidas de investigación y rendición de cuentas, junto con la persistencia y las acciones colectivas sostenidas para mejorar el apoyo y fomentar la confianza”, añadió.
Con ese espíritu, recordó, “en octubre de 2020 iniciamos un debate en toda la Organización sobre el racismo en nuestro lugar de trabajo, bajo la dirección del Grupo de Trabajo para Abordar el Racismo y Promover la Dignidad para Todos. Hoy me complace compartir el Plan de Acción Estratégico elaborado por el Grupo de Trabajo”.
El PAE esboza acciones concretas para abordar el racismo en el lugar de trabajo a través de la responsabilidad e incluye acciones inmediatas para:
- a) Revisar las denuncias pasadas de racismo, derivar las lecciones aprendidas, abordar las represalias y proporcionar el contexto para la consideración de futuros casos;
- b) institucionalizar la Red de Voluntarios de Puntos Focales de Justicia Racial en todos los lugares de destino, dando a la red un respaldo de gestión para apoyar al personal
- c) proporcionar al personal información clara sobre cómo comunicar las denuncias; y
- d) continuar con el diálogo y la concienciación para garantizar una comprensión común del racismo y sus manifestaciones en nuestros lugares de trabajo en todo el mundo.
“Espero trabajar con ustedes para garantizar una fuerza de trabajo inclusiva y diversa en la que todos sean respetados y se sientan reconocidos y valorados, concluyó Guterres en su mensaje.
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