Río de Janeiro, 29 dic (EFE).
– El principal reto de Brasil en 2022 es reducir la actual polarización y el radicalismo ante las elecciones presidenciales de octubre, ya que la enorme incertidumbre política incide sobre todos los demás desafíos del país, como inflación, recesión, desempleo, pandemia y hasta un posible apagón.
REDUCIR LA POLARIZACIÓN ANTE LAS PRESIDENCIALES DE 2022
Brasil comienza 2022 total y peligrosamente polarizado ante las elecciones presidenciales de octubre, para las que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva es señalado como favorito por los sondeos (42 %), seguido por el actual jefe de Estado, Jair Bolsonaro (25 %), y su principal desafío es impedir la radicalización de los polos.
Pese a la amplia ventaja del líder izquierdista, su índice de rechazo también es muy elevado (40 %), aunque no tanto como el del líder ultraderechista (60 %), lo que pone en duda la capacidad de ambos de vencer a un posible tercer candidato alternativo en una eventual segunda vuelta.Pero hasta ahora no ha aparecido ningún candidato que se muestre capaz de aglutinar el centro y surgir como alternativa a la polarización. Se teme una campaña con manifestaciones violentas y de odio y mayor incertidumbre política.
SALIR DE LA RECESIÓN
Tras la histórica retracción económica provocada por la pandemia en 2020, cuando el PIB brasileño encogió un 3,9 %, Brasil terminará 2021 con un crecimiento del 4,5 %, según las últimas proyecciones. Pero esa recuperación no fue sustentable y el país entró en recesión técnica en septiembre al encadenar dos trimestres seguidos de crecimiento negativo.
La previsión de los economistas es que el crecimiento de la mayor economía de América Latina se limitará al 0,5 % en 2022, aunque algunos analistas, como los del banco Itaú, ya prevén que Brasil sufrirá una nueva recesión el próximo año y que el país seguirá sin recuperarse de la recesión histórica que sufrió en 2015 y 2016.
FRENAR LA INFLACIÓN
Las últimas proyecciones del Banco Central indican que Brasil terminará 2021 con una inflación del 10,2 %, la mayor desde 2015 (10,67 %), y que la tasa doblará la meta que el Emisor se impuso para el año, que es del 3,75 % con un margen de tolerancia de 1,5 puntos porcentuales, es decir que podía llegar hasta un máximo de 5,25 %.
Con la inflación aún presionada por el aumento de los precios de la gasolina, que saltaron un 50,7 % en el último año, y de las tarifas de energía, uno de los mayores desafíos para Brasil en 2022 es frenar la tasa, hacerla converger con la meta ya trazada por el Emisor y que le permite variar entre 2 % y 5 %, e impedir que su escalada continúe reduciendo el poder de compra de la población.
REDUCIR EL DESEMPLEO
Pese a que la tasa de desempleo en Brasil ya cayó desde el récord del 14,9 % de la población activa registrado en marzo hasta el 12,6 % en septiembre, el índice se mantiene en un nivel aún muy elevado, por encima del que tenía antes de la pandemia y muy arriba del promedio de los últimos veinte años (9,7 %).
Aunque la generación de empleo depende de la propia recuperación de la economía, el gigante latinoamericano necesita herramientas alternativas para incentivar la creación de puestos de trabajo y atender a los cerca de 13,5 millones de brasileños que estaban desempleados hasta septiembre.
EVITAR UN APAGÓN O EL RACIONAMIENTO
Brasil enfrentó en 2021 la mayor crisis hídrica en los últimos 91 años, que secó las represas de las hidroeléctricas (responsables por casi el 70 % de la energía generada por el país) y puso al país ante el riesgo de un apagón o de un racionamiento eléctrico.
Ese riesgo permanece, ya que las presas continúan con sus aguas en niveles mínimos, por lo que un importante desafío para Brasil en 2022 es adoptar nuevas medidas que permitan elevar la generación a partir de fuentes alternativas de energía y evitar las sobrecargas.
SUPERAR LA PANDEMIA DE LA COVID
Brasil es el segundo país con más muertes por la pandemia de la covid en el mundo después de Estados Unidos, con más 618.000 víctimas, y el tercero con más casos, tras EE.UU. e India, con más de 22,2 millones de contagios, pero los actuales promedios de óbitos e infecciones están en sus menores niveles en veinte meses.
Uno de sus principales retos es controlar finalmente la pandemia, lo que exige ampliar la campaña de vacunación, pese a que ya cuenta con 66% de la población totalmente inmunizada; vacunar a menores de 12 años, algo que aún depende de la voluntad del negacionista presidente Jair Bolsonaro; y adoptar medidas que impidan que nuevas variantes de la covid dejen la pandemia otra vez fuera de control.
REDUCIR LA DESTRUCCIÓN DE LA AMAZONÍA
Brasil fue uno de los países más cuestionados en la conferencia de cambios climáticos COP26 por la falta de control en la destrucción de la Amazonía, algo que también ha llevado a algunos países europeos a amenazar con vetar la ratificación del acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur.
Para responder a las presiones internacionales, el gigante latinoamericano tiene que comenzar a demostrar en 2022 su capacidad para preservar la Amazonía, cuya deforestación alcanzó niveles récord en el Gobierno de Bolsonaro y llegó a 13.235 kilómetros cuadrados entre agosto de 2020 y julio de 2021, la mayor área degradada para un período de doce meses en los últimos 15 años.
MANTENER SU RITMO DE CARA AL MUNDIAL DE CATAR 2022
Brasil fue el primer país de Sudamérica -el cuarto en el mundo- en garantizar su clasificación al Mundial de fútbol de Catar 2022 y lo hizo con varias jornadas de anticipación, con una campaña invicta en las eliminatorias, en las que suma once victorias y dos empates en trece partidos, y una amplia ventaja sobre sus rivales.
Pero, una vez garantizada la clasificación, el desafío es mantener ese ritmo en los partidos que disputará en 2022, los que le quedan por las eliminatorias y los amistosos preparatorios, para llegar a Catar en el nivel que necesita para disputar el Mundial como favorito y con posibilidades de alcanzar su sexto título.
DEFENDER LOS TÍTULOS CONQUISTADOS POR SUS CLUBES
Y a nivel de clubes, el desafío para los brasileños es mantener su actual hegemonía continental, que les permitió conquistar en 2021 los títulos de Libertadores y Sudamericana -los más importantes del continente- y copar los cupos de finalistas en ambos torneos.
De los ocho clubes que disputaron cuartos de final de la Libertadores, cinco fueron brasileños, y el campeón terminó siendo el Palmeiras al imponerse en la final al Flamengo. De la misma forma, la final de la Sudamericana fue entre dos brasileños y el título lo obtuvo el Athletico Paranaense tras eliminar al Bragantino.
EL PAÍS TROPICAL SUEÑA CON RÉCORD EN JUEGOS DE INVIERNO
Tras haber alcanzado en Tokio 2020 su mejor posición en el medallero de unos Juegos Olímpicos, duodécimo con un récord de 21 medallas (7 oros, 6 platas y 8 bronces) y mejor entre los latinoamericanos, Brasil, nación tropical y sin nieves, tiene ahora en su mira una actuación también histórica en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín 2022.
Pese a que aún no sueña con medallas olímpicas en las modalidades de invierno, Brasil aspira a llegar a China con una delegación récord en atletas y modalidades y superar su marca de Sochi 2014, cuando 13 brasileños compitieron en siete modalidades. Su proyección más optimista es llevar a Pekín 20 atletas de doce modalidades y repetir como mayor delegación de América tras EE.UU. y Canadá.
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