NAIROBI – Las 115 islas de Seychelles son un exótico ecosistema oceánico de playas, arrecifes de coral y especies vegetales y animales únicas. Preocupado por los impactos del cambio climático, el país se ha comprometido a completar su descarbonización para 2050.
Dado que la crisis climática amenaza la seguridad alimentaria, los medios de subsistencia y el crecimiento económico sostenible e inclusivo, los países con ecosistemas costeros de carbono azul miran cada vez más al océano en busca de soluciones para el fenómeno y los negocios.
Angelique Pouponneau, directora general del Fondo de Conservación y Adaptación al Clima de las Seychelles, afirma que para estos países, la economía azul, los sectores que dependen de la salud de los recursos marinos y costeros, es el centro de sus propuestas actualizadas de las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, en inglés).
Como parte del Acuerdo de París sobre cambio climático, alcanzado por la comunidad internacional en diciembre de 2015, los países revisan y actualizan sus NDC cada cinco años, con el objetivo común de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y contener así el aumento de la temperatura del planeta.
Además, mediante las NDC, que tienen carácter voluntario, los países signatarios del tratado se comprometen a aplicar soluciones para adaptarse a los efectos del cambio climático.
Seychelles asumió el compromiso más ambicioso en su NDC al establecer la descarbonización total de su economía para 2050, lo que la convierte en uno de los pocos países del Sur en desarrollo que lo ha hecho hasta ahora.
“Seychelles elaboró una hoja de ruta de la economía azul nacional basada en la identificación de los sectores de la industria de la economía azul que pueden generar riqueza y una gestión sostenible de los recursos marinos. Las áreas prioritarias incluyen la acuicultura para ayudar a crear resiliencia entre las comunidades locales y acelerar el desarrollo sostenible”, explica Pouponneau en una entrevista con IPS.
La responsable climática añade que la pesca sostenible y la creación de empresas basadas en el océano son cruciales para el éxito de ese archipiélago del océano Índico, frente a África oriental y al noreste de Madagascar.
“La creación de empresas basadas en el océano, el establecimiento de un marco normativo para las empresas sostenibles y la financiación de actividades de investigación y desarrollo son los tres pilares de la hoja de ruta de la economía azul”, detalla.
Bono azul
Seychelles lanzó en 2018 el primer bono azul soberano del mundo. El bono azul, según Pouponneau, es una herramienta financiera innovadora para apoyar a las empresas y pymes marinas y pesqueras sostenibles y la clave para desbloquear los negocios sostenibles basados en el océano.
Según el gobierno de las Seychelles, el bono es un instrumento financiero pionero que recaudó 15 millones de dólares de inversores internacionales. El éxito del bono demuestra el potencial de los países para aprovechar los mercados de capitales para financiar el uso sostenible de los recursos marinos.
Muy lejos del archipiélago, Belice, un país centroamericano con costas en el Caribe, también suscribió un Acuerdo de Financiación de la Conservación, también denominado Bono Azul, en el marco del programa de los Bonos Azules para la Conservación del Océano, de la organización internacional Nature Conservancy (TNC), con base en Estados Unidos.
“Nuestro Bono Azul es similar al de Seychelles. Sin embargo, el de Belice es más grande y tiene un conjunto más amplio de objetivos”, explica Beverly Wade, asesora de políticas y planificación del Ministerio de Economía Azul y Aviación Civil.
El bono establece un Fondo de Conservación de 180 millones de dólares, al que se podrá acceder a lo largo de 20 años, para apoyar la ejecución de proyectos de conservación costera y marina por parte de socios gubernamentales y no gubernamentales.
Wade, representante en el Comité Nacional de Cambio Climático de Belice, afirma en una entrevista con IPS que el ministerio está ultimando el marco de la Economía Azul para el país.
“Se trata de una política, una estrategia y un plan multisectorial de cinco años. Belice es uno de los países de la región del Arrecife Mesoamericano que participa en el Proyecto de Costas Inteligentes, que promueve la adaptación basada en los ecosistemas y la inteligencia climática de las áreas marinas protegidas y los planes de desarrollo costero”, explica.
Belice, afirma, es líder en planificación espacial marina y mapeo de hábitats, que ha actualizado el Mapa de Hábitats Marinos mediante el procesamiento de imágenes satelitales y la inteligencia artificial para clasificar hábitats marinos críticos como los pastos marinos y los corales.
El Bono Azul, dice Wade, facilitará la realización de un Plan Espacial Marino (PEM) completo para todo el Espacio Azul de Belice, un término de diseño urbano para el agua visible.
NDC mejoradas
En total, 163 países han presentado sus NDC a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) en el marco de la Asociación NDC.
La Asociación NDC es una iniciativa mundial para ayudar a los países a cumplir sus compromisos climáticos nacionales mediante asistencia financiera y técnica a través del Paquete de Mejora de la Acción Climática (CAEP, en inglés).
La Asociación apoya a los países con un ecosistema costero de carbono azul para mejorar la calidad, aumentar la ambición y aplicar las NDC, cada cinco años desde que se presentó la primera ronda de NDC en 2016.
Con una huella a través de 62 países miembros y nueve socios institucionales desde octubre de 2017, la Asociación NDC tiene una experiencia, recursos y conocimientos importantes para garantizar que los países logren los objetivos de las NDC.
Este apoyo se considera fundamental.
Los datos del Banco Mundial muestran que la economía mundial de los océanos está valorada en unos 1,5 billones (millones de millones) de dólares al año. Aproximadamente 80 % del volumen del comercio internacional se realiza por mar, y se calcula que 350 millones de puestos de trabajo en todo el mundo están relacionados con la pesca.
El informe titulado “Las NDC: ¿Una fuerza de la Naturaleza?”, señala que 105 de las 114 NDC actualizadas por el mismo número de gobiernos para el 12 de octubre de 2021, incluyeron soluciones basadas en la naturaleza en su hoja de ruta para limitar el calentamiento global.
A través del CAEP, lanzado en 2019 con el apoyo técnico y financiero de 46 socios, la Asociación NDC está apoyando actualmente a 67 países para presentar sus contribuciones mejoradas y actualizadas y acelerar su implementación.
El CAEP tiene como objetivo catalizar el cambio hacia un desarrollo resiliente, sostenible y de bajas emisiones, apoyando así los objetivos del Acuerdo de París para los países miembros de la Asociación NDC.
También ayuda a los países miembros en desarrollo a mejorar las NDC y a acelerar su aplicación, proporcionando conocimientos técnicos y desarrollo de capacidades en el país.
Según Pouponneau, “el compromiso político de las NDC es un criterio sólido, realista, medible y alcanzable con el que Seychelles evalúa su progreso hacia la resiliencia al cambio climático y el desarrollo sostenible”.
“Las NDC son una herramienta de planificación, financiación y movilización de recursos y de rendición de cuentas. Y existe un compromiso desde las bases hasta el nivel internacional para alcanzar los objetivos fijados”, sostiene.
Wade, en Belice, está de acuerdo. Explica que a través del proceso de actualización de las NDC, la Oficina Nacional de Cambio Climático de su país, con el apoyo del Fondo Mundial para la Naturaleza y el Fondo de Caridad PEW, creó un Grupo de Trabajo Nacional sobre el Carbono Azul.
“El grupo supervisó las actividades de investigación llevadas a cabo para apoyar el establecimiento de objetivos realistas de mitigación y adaptación de los manglares para la NDC actualizada”, explica.
La NDC de Belice, detalla, “también identifica acciones concretas para cumplir con estas obligaciones. Y proporciona un espacio para reunir las actividades planificadas y en curso de las estrategias nacionales existentes, así como los planes para la consecución de los objetivos”.
En Seychelles, tanto las comunidades locales como la mayor parte de las zonas urbanas e infraestructuras se concentran en sus costas, y por ello la actividad económica del país depende de la gestión sostenible de los recursos marinos.
“El principal reto de la economía azul es la falta de entendimiento entre el uso de los recursos oceánicos, la resistencia al cambio climático y el desarrollo sostenible. Es necesario educar a las comunidades locales para que sepan por qué ya no es lo mismo”, subraya Pouponneau.
Esta educación, concluye, irá acompañada de incentivos financieros para ayudar a las comunidades locales a utilizar los recursos oceánicos de forma sostenible.
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