En España es muy común padecer ansiedad lingüística, que es, a grandes rasgos, miedo y nerviosismo a expresarnos en una lengua extranjera. Esta ansiedad, no sólo puede llegar a bloquear el aprendizaje de nuevos idiomas, con todo lo que conlleva, sino que puede dar lugar a sentimientos como la frustración o la baja autoestima, especialmente entre los adolescentes. Para prevenirla y que no perdure en el tiempo, hay que atajarla desde niños, pero, como con contó Inés Ruiz, Licenciada en Traducción e Interpretación y directora de ELEInternacional, nunca es tarde para tratarla.
¿En qué consiste la ansiedad lingüística?
La ansiedad lingüística surge al usar un idioma extranjero y puede afectar tanto el aprendizaje como el rendimiento. Crea un sentimiento de vulnerabilidad al tener que utilizar una lengua que no es la nativa y puede influir también en los niveles de autoestima y motivación. Cuando hablamos en otro idioma, experimentamos este tipo de ansiedad aparece porque tenemos que expresarnos delante de otros y podemos sentirnos vulnerables, pues no estamos empleando todo nuestro potencial comunicativo. La presión grupal también puede aumentarla, sobre todo en los adolescentes.
¿Cómo se manifiesta?
Entre los síntomas más frecuentes se encuentran nerviosismo, palpitaciones, sudoración, temblor, bloqueo mental y, sobre todo, dificultad para concentrarse a la hora de hablar, escribir, leer o escuchar en ese idioma. Tienen menor interés en el aprendizaje del idioma y, por tanto, se implican menos. Esta ansiedad puede provocar pérdida de autoestima, rechazo a comunicarse si sienten que no pueden hablar adecuadamente y miedo de ser juzgados por los compañeros de clase o los hablantes nativos.
¿Por qué se produce?
Normalmente, la ansiedad lingüística aparece cuando la persona se siente estresada, ya sea porque tiene miedo a cometer errores o le da vergüenza expresarse en esa segunda lengua extranjera que aún no domina. Se puede incluso crear un rechazo hacia el aprendizaje de esa lengua porque siente niveles de vulnerabilidad altos si en clase los compañeros se ríen de la pronunciación.
¿Hay personas más propensas que otras?
Si una persona tiene ansiedad generalizada o falta de autoestima, esto afectará de forma negativa a su proceso de aprendizaje. Asimismo, cuanto más introvertidos o vergonzosos seamos, más presión podemos sentir al tener que expresarnos en otro idioma.
“Si una persona tiene ansiedad generalizada o falta de autoestima, esto afectará de forma negativa a su proceso de aprendizaje”
¿A qué signos tenemos que estar atentos antes de que se convierta en un problema?
La ansiedad lingüística se puede manifestar en forma de bloqueo, nerviosismo, temblor o vergüenza al expresarse en el idioma. También se podrá ver afectada la motivación, ya que, si estamos pasando por estos procesos, se empezará a crear un rechazo hacia el mismo y podemos perder el interés. En el caso más extremo, con una negativa rotunda a comunicarse o usar la lengua.
En España es más común que en otros países, ¿por qué?
En el sistema educativo español durante muchos años ha habido una deficiencia en las enseñanzas de idiomas, sobre todo a nivel comunicativo. Se ha basado en el estudio de la gramática y no se ha profundizado en aspectos como la pronunciación. Al mismo tiempo, el español es lo que se denomina una lengua “transparente”, porque las letras se pronuncian, por lo general, igual en diferentes palabras. Mientras que el inglés es “opaco”, pues las letras pueden tener distintos sonidos y, por tanto, son variables. Por eso, para un nativo español pronunciar en la lengua inglesa se hace más complicado.
Otro punto interesante es la falta de exposición a la lengua. En España, se doblan las películas y no es muy común verlas en versión original con subtítulos como hacen países como Dinamarca o Noruega que tienen mejores niveles de dominio del inglés.
¿Qué podemos hacer para combatirla?
No es tanto “hacer desaparecer la ansiedad”, sino desarrollar habilidades que permitan enfrentarse a situaciones incómodas, como tener que expresarse en una lengua que no es la materna. Los alumnos deben entender que la vulnerabilidad es normal y tienen que aceptar sus sentimientos. Hay que hacerles ver que no pasa nada por equivocarnos, que así se aprende, fomentar la curiosidad y que pueden hacer preguntas y expresarse. Es clave motivarlos para asimilar conceptos nuevos y que tengan confianza en sí mismos.
Una ansiedad lingüística que no se combate en la infancia y en la adolescencia, ¿perdura en la edad adulta?
La ansiedad no va a desaparecer por completo, pero podemos crear entornos seguros en los que sientan que pueden ser ellos mismos, motivarlos para que sigan aprendiendo y mejorando cada día para que sepan enfrentarse y regularse en situaciones incómodas, para que se sientan seguros para hablar y cometer errores… estas son habilidades que van a perdurar durante toda su vida y que puede seguir reforzando.
Si perdura en la edad adulta, ¿se puede todavía tratar?
La ansiedad lingüística puede aparecer en el proceso de aprendizaje de una lengua extranjera a cualquier edad. Los niños y adolescentes requieren del apoyo de sus padres, mientras que un adulto tiene que tomar responsabilidad de su proceso de aprendizaje. En ambos casos es clave que el profesor cree un entorno positivo, seguro emocionalmente y participativo.
“La ansiedad lingüística puede aparecer en el proceso de aprendizaje de una lengua extranjera a cualquier edad”
Si sucede en la edad adulta, requiere más compromiso. Aunque la responsabilidad del profesor es la misma: crear un entorno seguro para que los estudiantes puedan expresarse con soltura y sin prejuicios sea cual sea su edad.
Los adultos, por su parte, deben encontrar formas de normalizar la lengua en su día a día: escuchan podcasts de temas que le motiven en el idioma que estudian, ver series y películas subtituladas, ver en Youtube el vídeo con la letra para cantar a modo karaoke y practicar la pronunciación, leer libros en la Kindle en otro idioma seleccionar una palabra y ver su traducción… En definitiva, encontrar formas de darle uso a la lengua de una forma significativa a través de actividades que realicen en su día a día. Por otra parte, antes de clase, se puede hacer alguna práctica Mindfulness para empezar más relajados y que estén más abiertos a la participación.
Consejos para prevenir la ansiedad lingüística
Para evitar problemas en el futuro, lo mejor es prevenir la ansiedad lingüística. Para ello, Inés Ruiz propone “crear un entorno tanto en el centro como en casa en el que se use el error como vehículo de aprendizaje, que se juegue para poder practicar sin miedo, que se premie el intento y que se normalice el uso de la lengua extranjera en su día”. Estos son algunos de sus consejos:
En clase:
● Llevar a cabo dinámicas afectivas para crear un sentimiento de seguridad y de pertenencia a un grupo.
● Destacar el error como herramienta de aprendizaje.
● Reflexionar sobre los miedos al aprender idiomas.
● Realizar hojas de ruta para que el alumno analice su progreso.
● Apoyar a los estudiantes con refuerzos positivos y no castigar los errores.
● Dotar a los alumnos de estrategias de comunicación e interacción para evitar bloqueos.
En casa:
● Involucrarse en el aprendizaje de idiomas de los hijos y que sean los niños los que tomen un papel protagonista, enseñándoles, por ejemplo, cómo se pronuncia una palabra o cómo se dice una expresión.
● Ver películas y series subtituladas.
● Integrar la lengua en su contexto habitual normalizará su uso.
● Preguntarles a sus hijos qué sienten al hablar en ese idioma y ayudarles a superar ese reto con algo que les motive: una canción o su libro favorito.
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