El ex gobernador de San Pablo sostuvo que los acercamientos “avanzan” y afirmó que “los desafíos son grandes” para el país, donde el gobierno de Jair Bolsonaro es muy cuestionado por su manejo de la pandemia.
El centrista Geraldo Alckmin, antiguo gobernador de San Pablo y ex líder del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), aseguró este lunes que las posibilidades de que se presente como candidato a vicepresidente en la postulación del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva “avanzan”.
Alckmin respondió así a un llamamiento de varios sindicatos a aceptar concurrir como “número dos” de Lula en las elecciones presidenciales que se celebrarán el 2 de octubre de 2022.
El antiguo dirigente del PSDB se ha reunido con dirigentes de Fuerza Sindical, la Unión General de Trabajadores, Nueva Central y la Central de los Trabajadores y Trabajadoras de Brasil. Ésta última, vinculada al Partido Comunista de Brasil, no ha pedido expresamente que Alckmin sea candidato a vicepresidente.
“Me estoy preparando de nuevo para ser gobernador del estado. Ha surgido la hipótesis federal. Los desafíos son grandes. Esa hipótesis avanza”, reconoció el ex líder del PSDB.
Durante la cita, a la que estaba invitada la prensa, Alckmin se refirió a cuestiones nacionales e internacionales y no hizo mención alguna a la política de San Pablo, según destacan los medios brasileños.
“En la situación actual sería muy importante que aceptara (ser vicepresidente de Lula). Nosotros daremos todo nuestro apoyo”, señaló el presidente de Fuerza Sindical, Miguel Torres.
Días atrás, en el marco de su gira por Madrid, Lula aseguró que quiere volver a ser candidato a presidente de Brasil. Sin embargo, aclaró que esa decisión recién la definirá entre febrero y marzo del año que viene, “porque hay mucho que decidir”.
El ex presidente de Brasil sostuvo que quiere volver al poder “para recuperar el prestigio de Brasil y que el pueblo pueda comer tres veces al día”, pues el gobierno actual de Jair Bolsonaro “no comprende el alma” de los brasileños.
“Cuando yo dejé la Presidencia en 2010, Brasil estaba en una situación de crecimiento económico y de respetabilidad. Hoy está en quiebra. Y el hambre que había acabado en Brasil en 2014 volvió con mucha fuerza. Brasil era un protagonista internacional. Y todo se desmanteló”, manifestó en una entrevista con el diario español El País.
“Trabajo para ser candidato. Pero no depende de una voluntad personal, no depende de mí. Yo tengo que construir con otra gente y con otros partidos un programa para Brasil. Tengo que hacer una alianza, porque lo importante no es solamente ganar las elecciones, es poder gobernar”, agregó.
Y concluyó: “Si yo vuelvo a la Presidencia, no puedo hacer menos de lo que hice. Por eso tengo miedo. No puedo volver para hacer cualquier cosa, sino para que Brasil pueda recuperarse. No puedo fracasar”.
Lula aprovechó su gira por Europa para criticar a Bolsonaro, en el punto de mira por su gestión del covid-19 y de los incendios en la Amazonía, y para cultivar su imagen internacional a la espera de confirmar si se postula.
Tras reunirse con Olaf Scholz, el futuro canciller alemán, Lula también mantuvo encuentros con el presidente francés, Emmanuel Macron, y con el español Pedro Sánchez.
El objetivo fue “discutir sobre el futuro de un acuerdo entre América Latina y la Unión Europea (UE)”, aseguró quien fuera un referente de la izquierda a principios del siglo XXI.
El ex jefe de Estado, de 76 años, recuperó este año sus derechos políticos después de que la Corte Suprema de Brasil anulara las dos condenas que pesaban en su contra por corrupción y por las que pasó 580 días en prisión.
(Con información de Europa Press y AFP)
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