En total, 48 ecuatorianos clasificaron a los Juegos Olímpicos, 10 más que la última competencia, realizada en Brasil.
Ecuador afronta los Juegos Olímpicos de Tokio con la esperanza de alcanzar al menos dos o tres medallas y poner fin a la sequía desde 2008, preseas con las que materializar también la inversión realizada en su Plan de Alto Rendimiento (PAR) y alentar a un nuevo modelo de financiación.
Si bien la preparación no ha sido la mejor, debido a la alteración en la agenda de cada disciplina deportiva por la pandemia del coronavirus, paradójicamente Ecuador ha alcanzado para estos juegos el récord de 15 disciplinas deportivas y 48 atletas clasificados.
Una cifra con la que supera a la delegación que envió a los Juegos de Brasil en 2016, 38, y a los de Londres, 36. “Será la delegación más grande. Es una delegación que va con todo lo que necesita para cumplir sus sueños y el sueño de los ecuatorianos”, dijo el nuevo ministro de Deportes, Sebastián Palacios.
Romper esa barrera en plena pandemia ha sido todo un desafío, que recurrieron a la tecnología para impartir el plan de entrenamientos domiciliario, además de guiar y vigilar su buena aplicación a distancia y, no siempre, con el espacio suficiente en casa.
Los más afectados, pero que han sobresalido con sus marcas y clasificaciones, han sido los de atletismo y ciclismo, entre ellos Richard Carapaz, que requerían de grandes espacios y pistas para sus entrenamientos, y para los cuales debió adaptarse un plan de preparación especial.
Sus resultados han sido óptimos como para alcanzar la mayor cantidad de billetes en comparación a otros ciclos olímpicos, dieciocho en atletismo y cuatro en ciclismo.
Otra complicación que han tenido ha sido la económica, dado que el alto gasto en salud y las ayudas al mercado, sumado a las fuertes limitaciones del presupuesto nacional del país desde 2019, han retrasado los incentivos a los atletas, un reto que, ahora, el nuevo ministro se plantea resolver de cara a los Juegos de París.
“En Ecuador se asignan al año entre 7 y 9 millones. No es suficiente. Para eso tenemos una herramienta interesante y es que la empresa privada invierta recursos en el deporte”, señala sobre un sector que hasta ahora tiene la inmensa mayoría de sus recursos en el fútbol.
El resto, con la excepción de personajes de talla internacional como Carapaz, debe contentarse en su mayoría con los aportes de PAR, establecido en 2013 y que terminará a final de año.
En ese sentido, en los Juegos de Tokio, el deporte ecuatoriano se verá frente al reto de conseguir medallas para potenciar la demanda de presupuestos, en momentos en que el dinero público escasea y el privado tampoco está para tirar cohetes.
Historia de Ecuador en los Juegos Olímpicos
La primera vez que Ecuador participó en unos juegos olímpicos de verano fue en 1924 en París. Desde entonces, lo ha hecho en catorce ocasiones, pero sólo tiene a un único medallista, el mítico marchista Jefferson Pérez, que ganó el oro en Atlanta 1996 y la plata en Pekín 2008.
Pérez dice que el mayor reto de Ecuador en Tokio debe ser “superar las dos medallas olímpicas”, dada la cantidad de clasificados, un objetivo a priori alcanzable.
Las expectativas están puestas en deportistas como la pesista Neisi Dajomes, de 23 años y primera en el escalafón mundial de su categoría de 76 kilogramos; y la marchista Glenda Morejón.
Manuel Bravo, presidente de la Federación Ecuatoriana de Atletismo (FEA), recuerda que en atletismo no hay cómo mentir: es tiempo y marcas, y las esperanzas en esos atletas está fundamentada en la progresión de sus marcas a lo largo de los últimos cuatro años, que han dado alas al sueño olímpico de Ecuador.
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