DIVERSIÓN. La Unicef recomienda reforzar el aprendizaje a través del juego en los programas de educación en la primera infancia.
Las neurociencias demostraron que el juego es mucho más que una forma de diversión. En los niveles iniciales, los niños aprendan jugando, pero este es un recurso que se va perdiendo a medida que se avanza en el grado de educación.
“Desde el punto de vista neurosicopedagógico es una herramienta indispensable para el aprendizaje”, explica la neurosicopedagoga, Rocío Miño.
“A la hora de jugar se activan regiones cerebrales que hacen que las personas estén motivadas para seguir aprendiendo, además de focalizar la atención”, continúa.
De allí la importancia de incluir al juego en la educación, motivando y despertando las emociones de los niños, por lo que está en las manos de los adultos saber aprovechar esta situación para canalizar el aprendizaje.
¡A jugar!
Los pequeños necesitan hacer las cosas una y otra vez antes de aprenderlas, y los juegos tienen carácter formativo al hacerlas, a enfrentarse una y otra vez a situaciones que luego podrán dominarlas o adaptarse a ellas.
La primera infancia representa una etapa de descubrimiento y exploración que propicia el aprendizaje de una forma natural, divirtiéndose, disfrutando, y dando lugar a la adquisición de una serie de habilidades que enriquecen el desarrollo de las funciones cognitivas.
“Mientras juegan, van adquiriendo una serie de conocimientos y capacidades sin tener que esforzarse, y de eso se trata, sentando las bases para el aprendizaje escolar formal”.
Aunque el niño no juega para aprender, acabará por aprender jugando, puesto que los juegos son aprendizaje y nuevas experiencias. “Desmitifiquemos el ‘solo está jugando’, porque para los niños el juego es fundamental en el aprendizaje y en todas las áreas del desarrollo infantil”, aclara.
Según la especialista en pedagogía el juego debe estar incluido en los proyectos educativos como medio de diagnóstico y conocimiento de las conductas de los alumnos, ya que facilita el desarrollo de los diferentes aspectos de la conducta, como ser el carácter, las habilidades sociales, los dominios físicos motores, al tiempo que facilita la adaptación y como consecuencia, la autonomía en todos los ámbitos de la conducta.
Tipos de juegos y sus aportes
*Juegos simbólicos o imaginativos: Desde los 18 meses y hasta los 3 años, los niños tienen la capacidad de imaginar. “Estos tipos de juegos ayudará a entender qué es real y qué no lo es, y comienzan a entender las emociones y su impacto en el mundo que los rodea”, expresa.
*El juego físico: Mejora el desenvolvimiento del niño y sus habilidades físicas. Influye positivamente en la salud y su desarrollo muscular, además de ayudar en la coordinación entre los sentidos y tener mejor control sicomotor.
*Juegos exploratorios: Impulsa a resolver problemas y tomar control sobre situaciones a través de actividades dinámicas. Ejemplo, armar y desarmar figuras, jugar con plastilina, rompecabezas.
*Juegos con reglas: A partir de los 6 años los niños ya son capaces de seguir y cumplir normas y reglas, a la vez de interactuar con mayor raciocinio. “Podrían ser los juegos de mesa, juegos de memorias, rompecabezas y dominó”, refiere.
Beneficios del juego
La neurosicopedagoga Rocío Miño explica los beneficios del juego en el aprendizaje infantil:
-Brinda la oportunidad de conocer quiénes son, lo que son capaces de hacer y como relacionarse con el entorno.
-Mejora el desarrollo físico, social y emocional del niño.
-Afianza la relación de afecto entre los padres y sus hijos.
-Estimula la memoria, el razonamiento y la búsqueda de soluciones, pues se crean situaciones en las que los niños tendrán que buscar soluciones.
Fuente: ultimahora.com
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