La falta de información del gobierno hace que abunden las especulaciones. Los soldados no fueron torturados, sus cuerpos no estaban mutilados y también es falsa la versión de que les habían sacado los ojos y la lengua. IMÁGENES SENSIBLES.
Aun la Fuerza Armada Nacional Bolivariana no da información precisa de los militares asesinados, mucho menos de los desaparecidos, ni siquiera de los heridos. La indignación en la institución castrense se ha elevado, sobre todo en los grados medios y bajos, pero especialmente en la tropa. Entre la incertidumbre, el dolor e incluso el miedo, la ausencia de información oficial hace más dantesca la situación. Un impactante video da muestra del rescate de los cuerpos de los militares, ya en estado de descomposición, luego que la guerrilla “prestó la colaboración” para que los sacaran del lugar donde quedaron los cuerpos.
La falta de información hace que abunden las especulaciones. Es importante destacar que los militares no fueron torturados, sus cuerpos no estaban mutilados y es falsa la versión de que les habían sacado los ojos y la lengua. Tampoco fueron enviados por la guerrilla en bolsas plásticas.
Miembros de la guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-Gentil Duarte) contactaron al sacerdote de La Victoria, Luis Roa, para permitirles el acceso a la zona donde se encontraban, en trincheras y al aire libre, los cadáveres descompuestos de los militares asesinados; el párroco fue hasta el lugar para el rescate de los cadáveres que fueron subidos a un camión de transporte de ganado y trasladados a Guasdualito.
Uno de los guerrilleros, con un radio portátil en la mano, va señalando dónde están los cadáveres para que sean recogidos y llevados al camión: “Vea aquí tiene dos”, se le oye decir, mientras camina hasta el siguiente cuerpo. Uno a uno se devela la dantesca imagen de los cuerpos.
“Es la primera vez que yo hago esto”, se le oye decir con voz baja y prudente a un hombre delgado, que no se sabe si es el sacerdote o alguna de las personas que acompañaron al grupo a quien las FARC les indició el lugar de los muertos. “No se preocupe por eso señor, aquí le vamos a brindar todo el apoyo posible”, le dice el guerrillero.
Más adelante el hombre del radio en mano manifiesta: “Mientras el Gobierno no se ponga, pues todos estamos bien”. Luego indica: “Vea, pegue ese camión pa cá que aquí hay dos más”. Y el guerrillero continúa “pudiendo hacer las cosas de buena manera, tienen que llegar a esta situación”. Alguien pregunta que cuántos son, refiriéndose a los cadáveres y él responde: “Son como 12”.
Los nombres
En la lista no oficial de los asesinados por la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP) destaca la muerte de por lo menos nueve militares, uno de ellos no identificado aún. Cuatro de la Armada Bolivariana: TF. (ARB) Naiwil José Torres Moreno, S1 (ARB) Álvaro Rafael Mariño Ostos, S2 (ARB) Michael Miguel Medina Sequera y S1 (ARB) Luis David Lira Negrón. Y cuatro del Ejército: SM2 (EJB) Wilmer De Jesús Ferrobús Garabito, SM1 (EJB) Ronal José Marcano Castillo, SM2 (EJB) Andy José Miranda y SM1 (EJB) Santiago Del Jesús Reyes Farfán.
Un grito de alegría se oyó entre los uniformados de la Base de Protección Fronteriza La Charca Cap (F) Gilbert Gil Terán, con la llegada de tres de los soldados desaparecidos: TF Samuel Infante Ruiz plaza de la Brigada Comando del Mar, a la que también pertenece el Sm3 Jairo Javier Pérez López y el SM2 Andrés Julián Marvares Altamirano, quien es plaza del 992 BAFE. Ellos son parte del grupo que realizaba patrullaje en el sector Tres Esquinas, estado Apure.
Indignación
Hay muchos militares activos indignados y asombrados ante lo sucedido. Lo que era una crónica anunciada, negada siempre y durante años sobre la presencia de la guerrilla colombiana en Venezuela, es ahora una brutal realidad. Más allá de la incesante propaganda del régimen venezolano, desde que Hugo Chávez llegó al poder y Nicolás Maduro lo ha continuado, negando la presencia de los irregulares armados en Venezuela, hoy varios hogares de militares están de luto gritando la verdad.
No hay manera de ocultar la dantesca imagen de los cuerpos en las zanjas de las sabanas apureñas y el guerrillero que se decide a entregarlos, como buscando compasión. Mucho menos puede ocultarse ante la población civil de Guasdualito que ha percibido el penetrante olor de los cuerpos descompuestos y trasladados a la morgue de la capital, sin cavas de refrigeración. Solo así se entiende la frase del comunicado del ministro de la Defensa: “Lamentablemente también fallecieron algunos de nuestros efectivos cuyos cuerpos están siendo identificados mediante la necropsia correspondiente”.
Lo que no se hizo
Los mensajes entre militares activos y retirados dan cuenta de la indignación que ha causado. Hay mucho de culpas, críticas y denuncia. Todos reflejan un sentimiento: se pudo evitar y no se hizo. Lo peor es el silencio.
Uno de esos oficiales escribió: “En tantos años de permisividad de cientos de generales y almirantes que pudieron parar esto y no lo hicieron, prefirieron callar y mirar para otro lado, sumados a los que se vendieron por un puñado de dólares y los que estaban conscientes de su acto de traición a la patria. Hoy Venezuela es un territorio ocupado por la guerrilla y el narcotráfico”.
Explica lo que a su juicio ha ocurrido. La Fuerza Armada “fue desnaturalizada, politizada y convertida en una caricatura de institución armada, sin mística, sin capacidad militar, envenenada por una partida de felones para complacer al felón y traidor mayor, hoy muerto pero elevado a los altares de la estupidez de un título de refundador y redentor de la Republica”.
Critica al Ministro de la Defensa. “Más importante para Padrino fue lavarle el cerebro a los militares, llenarlos de consignas aberrantes e invenciones de un supuesto imperio malvado que nos invadirá algún día y de una oposición que quiere quitarnos los maravillosos logros de la revolución y del socialismo del siglo XXI, a la que hay que destruir totalmente”.
“Hoy a la FAN la envían a suicidarse, a combatir con grupos de subversivos, terroristas y narcotraficantes, que son dueños del terreno, poseen armas y equipos militares para enfrentar al ejército en ventaja, con apoyo de la inteligencia popular lograda a través de proteger a las poblaciones y ayudarlos logísticamente a sobrevivir en toda la región fronteriza del estado Apure”.
“El comunicado de Padrino López, donde las consignas a pie de páginas ocupan más espacio que el texto, acusa a la oligarquía colombiana, evita identificarlos como guerrilleros de las FARC y ELN y oculta las verdaderas cifras de militares muertos y desaparecidos. Hasta hoy se confirma 12 y más de 8 desaparecidos. Los cuerpos de algunos soldados encontrados entre matorrales y el río estaban en avanzado estado de descomposición, irreconocibles”, finaliza diciendo.
FUENTE INFOBAE
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