Bolivia: Se agrava el lío por el vertedero y la ciudad se inunda de basura

Santa Cruz.- Circular por los mercados de la ciudad es un tormento por el olor nauseabundo que desprende la basura que se ha acumulado enlos contenedores; mientras que en los hospitales los residuos peligrosos y tóxicos aguardan ser recogidos por la empresa de aseo desde hace cuatro días.

 

En los barrios el panorama también es preocupante, pues cientos de bolsas de basura no solo dan mal aspecto, sino que desprenden mal olor, atraen moscas y roedores, convirtiéndose en focos de infección. La situación se agravó, al extremo, que la alcaldesa Desirée Bravo ingresó anoche en huelga de hambre en las puertas del Comando de la Policía lamentando la falta de apoyo para desbloquear el acceso al vertedero municipal.

 

Mientras tanto la ciudada parece un basural a cuatro días del bloqueo del acceso del vertedero municipal por parte de un grupo de vecinos, que exigen el traslado de este relleno, pues aseguran que no aguanta más convivir con el mal olor, las moscas y las enfermedades que ocasiona este vertedero.

 

Según el gerente de Emacruz, Johnny Bowles, por cada día de bloqueo, 1.300 toneladas de basura se están dejando de recoger en la ciudad, por lo que hasta ayer ya eran 3.900 toneladas.

 

Los vecinos aseguran que su demanda es legítima y que no suspenderán sus medidas hasta que las autoridades atiendan sus demandas. Ayer se distribuyeron para bloquear en tres puntos. A su pedido, han añadido la legalización de un terreno para el Tecnológico y la clausura definitiva de una curtiembre.

 

Winston Endara, responsable del primer punto de bloqueo, dijo que hay vecinos de 23 barrios en la lucha, que piden especialmente el retiro del vertedero. “Nosotros no somos un basurero, venimos pidiendo el traslado del vertedero desde hace 10 años, pero nos mienten, nos amenazan. Ahora queremos hechos, no compromisos. Yo invito a la alcaldesa a que almuerce aquí y soporte los malos olores que aguantamos todos los días”, manifestó.

 

Alcaldesa ve interés político

Ayer, la alcaldesa Desirée Bravo y la presidenta del Concejo Angélica Zapata acudieron al Comando de la Policía para pedir que se desbloquee la vía, pues la medida está afectando a más de 1 millón de personas. El comandante Elvis Antezana expresó su predisposición para cooperar; sin embargo, no envió a ningún efectivo para despejar la vía, asegurando que este problema deben resolverlo la Alcaldía y los vecinos mediante el diálogo.

 

Según la alcaldesa, detrás de esta medida vecinal hay intereses políticos porque en el bloqueo pudo observar personas de otros distritos. Explicó que ella no puede ordenar el cierre inmediato del vertedero, porque este tema demanda muchas gestiones y el proceso es largo.

 

El gerente de Emacruz también lamentó la falta de voluntad de la Policía e informó de que hay más de 60 camiones cargados con basura que no pueden llegar al relleno sanitario. Para el diputado Tomás Monasterio, el MAS está detrás de este conflicto y su único interés es afectar la campaña del candidato Percy Fernández. Aseguró que la alcaldesa intentó dialogar con los bloqueadores, pero que estos cada día suman nuevas demandas a su pliego petitorio.

Demandan a Percy y otros

 

Mientras tanto, Javier Cruz, coordinador plurinacional de Justicia Indígena Campesina, presentó una demanda ante el Tribunal Agroambiental, en Sucre, en contra de Percy Fernández, de Desirée Bravo, de los hermanos Roberto y Johnny Fernández, de Rubén Costas y de Ruth Lozada, por delitos contra el medioambiente. Los acusa de no haber gestionado el traslado de este vertedero y de ser indiferentes con las necesidades de los vecinos del Plan Tres Mil.

 

Riesgos a la salud

El médico José Luis Franco dijo que la acumulación de la basura puede desencadenar problemas de salud a la población, como infecciones respiratorias, diarrea y otros males transmitidos por roedores y moscas, que son atraídos por la basura. “Además de provocar malos olores, por efecto del viento se pueden diseminar microbios”, dijo el galeno, que cree que en la ciudad debe haber vertederos alternativos

 

El Deber