Ahora vamos a hablar sobre un trastorno poco común: las alucinaciones olfativas. ¿Sabes cómo se llama esta perturbación de los sentidos? Un nombre que a primera vista no parece relacionarse con el olfato o la nariz: fantosmia. Así se llama esta alteración olfativa, y es que quienes la padecen pueden percibir olores, aromas, que no están presentes o no son reales.
Si estás oliendo continuamente perfume de rosas o algún otro olor agradable, sufrir de fantosmia podría no ser tan grave, ¿verdad? Pero, ¿y si lo que percibieras fueran olores fétidos, desagradables y pútridos? Agradables o no, la fantosmia se puede convertir en delirios olfativos si siempre hueles cosas que no existen.
También hay alteraciones del olfato que tienen que ver con interpretaciones erróneas de percepciones reales, es decir, que hueles algo que está pero de una forma “equivocada”. En este caso se llaman disosmia o parosmia.
Hay una variación de la parosmia que se denomina “parosmia fisiológica”, y es aquella en la que interpretamos los olores según nuestro estado de ánimo: si tenemos hambre, si estamos llenos, si nos sentimos ansiosos por falta de sexo, si hemos consumido mucho alcohol, y en este sentido, siendo subjetivo el origen, a veces resulta difícil diferenciarla de la fantosmia.
Posibles causas
En general pueden ser provocadas por síndromes orgánicos o por agentes tóxicos.
Entre los agentes tóxicos se nombra al alcohol como causa principal de delirium tremens, donde a veces se pueden percibir olores que no existen sino en la cabeza del alcohólico.
Entre los orgánicos están varias enfermedades, así como ciertos procesos neurológicos. ¿Te animas a ahondar un poco en estos abismos cerebrales?
Convulsiones del lóbulo temporal
Son un tipo de epilepsia que afecta a esta región del cerebro. Justo antes de una convulsión, la persona siente emociones extremas, como éxtasis o miedo, pero generalmente pierden toda noción temporal y espacial. Muchas veces ni se dan cuenta de que su lóbulo temporal ha convulsionado. La fantosmia suele ser un síntoma, y cuando la produce una convulsión de este tipo, la alucinación olfativa se llama “aura” e indica que está a punto de ocurrir un ataque.
Lesiones cerebrales
Hay veces en que las inflamaciones del cerebro lo oprimen contra el cráneo, y se dañan ciertas partes sensoriales, produciendo la fantosmia.
Alzheimer
Son más comunes las alucinaciones auditivas y visuales, pero se han dado casos en que estos enfermos también sufren de fantosmia, y llegan a ser tan reales los olores que no se les puede convencer de que no existen. Muchas veces huelen a flores o a chocolate.
Migrañas
Son muy raros los casos, pero se han registrado. Usualmente son olores desagradables, y se han reportado casos en que el paciente huele a pollo hervido o a pan tostado con mantequilla. Al igual que con las convulsiones, en las migrañas la fantosmia aparece como un aviso de su llegada.
Hay casos físicos también, como las sinusitis, que pueden provocar algunas alucinaciones olfativas. Pero luego de tratadas y curadas, los olores desaparecen.
El olfato sin duda es importante, incluso como referencia de la memoria.
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