La Administración Aeronáutica Civil difundió cómo fueron los intercambios entre el comandante y la torre de control en los dos minutos que duró el vuelo; siguen los operativos de rescate para buscar a los once desaparecidos
Sin embargo, imágenes de video sobre los últimos momentos del avión en el aire tomadas el miércoles por cámaras en automóviles no parecen mostrar ninguna llama mientras el aparato se inclinaba pronunciadamente, con las alas casi en posición vertical, golpeando el puente de una carretera antes de caer al río Keelung.
Las acciones de los pilotos en los últimos momentos del vuelo han llevado a especular que intentaron evitar edificios de gran altura siguiendo la línea del río y luego giraron bruscamente, cayendo en el agua en lugar de en tierra. La autoridad de aviación de Taiwán dijo que no tenía pruebas de eso.
El alcalde de Taipei, Ko Wen-je, calificó al piloto Liao Chien-tsung -con más de 4900 horas de vuelo- de héroe por haber evitado estrellar el avión contra edificios o importantes infraestructuras.
Por su parte, TransAsia reveló que uno de los motores del avión siniestrado, que fue revisado en enero de este año, fue cambiado en Macao por la empresa canadiense Pratt & Whitney, antes de ser recibido en Taiwán el 14 de abril de 2014.
El avión se precipitó al río ayer tras perder altura por causas desconocidas y golpear un viaducto, pocos minutos después de despegar con dirección a la isla de Kinmen, a escasos kilómetros de la costa china.
SIGUE LA BÚSQUEDA
Mientras tanto, subió a 32 el número de muertos por la caída del avión de turbohélices ATR-72, mientras que 15 personas sobrevivieron al accidente ocurrido en la capital taiwanesa, el último de una serie de accidentes protagonizados por aerolíneas asiáticas.
Las operaciones de rescate no se interrumpieron en toda la noche, con la participación de 20 efectivos y 40 submarinistas, y con más ayudantes desde el amanecer, en busca de los 11 desaparecidos.
Los cadáveres del piloto Liao Chien-tsung, del copilito Liu Tzu-chung y del ingeniero de vuelos Hung Ping-chung, fueron hallados al filo de la medianoche del miércoles, y después del amanecer se recuperó un cadáver del río, tras una noche de infructuosa búsqueda de supervivientes.
Las dos cajas negras -el registrador de datos de vuelo y la grabadora de voz de la cabina- se recuperaron después de bajar la marea y serán analizadas para establecer las causas del accidente, indicó la Administración de Aviación Civil de la isla. Además, el fuselaje del jet, que en su mayoría fue desmantelado por herramientas hidráulicas de los rescatistas, fue colocado en la orilla del río junto al equipaje recuperado.
El buzo de la policía Cheng Ying-chih dijo que las operaciones de búsqueda y rescate estaban viéndose obstaculizadas por la “visibilidad cero” en el turbio río y las bajas temperaturas del agua, que obligaban a los rescatistas a trabajar en turnos de una hora.
“Sentí que algo no estaba bien después de que el avión despegó. Les dije a las mujeres sentadas a mi lado que se abrochasen el cinturón, se agarrasen al asiento y cubriesen la cabeza. Justo terminé de decirlo y el avión se cayó”.
La parte delantera del avión se había partido en numerosos trozos, lo que dificultaba los trabajos, añadió. “Estamos frente a unos trabajos de búsqueda y rescate muy duros”, dijo Cheng a periodistas congregados en la orilla al lado de las ordenadas filas de restos y maletas.
Entre los heridos estaba Huang Jin-sun, un pasajero de 72 años que dijo que intentó ayudar a otros viajeros que estaban en problemas en el río.
“Vi a otros que se ahogaban”, dijo a la cadena ETTV desde su cama en el hospital general Tri Service de Taipei. “Si no me movía lo suficientemente rápido como para ayudarlos, pronto estarían muertos”.
El hombre dijo que sospechó que el vuelo tenía problemas desde el principio. “Sentí que algo no estaba bien después de que el avión despegó -dijo-. Les dije a las mujeres sentadas a mi lado que se abrochasen el cinturón, se agarrasen al asiento y cubriesen la cabeza. Justo terminé de decirlo y el avión se cayó”.
DESPEDIDA
Al mediodía de hoy (hora local), alrededor de una docena de familiares de víctimas taiwanesas se acercó a la zona para celebrar ritos funerarios tradicionales. Acompañados por monjes budistas hicieron sonar campanas de mano, se inclinaron hacia el río y sostuvieron inscripciones realizadas en pedazos de tela atados a piezas de bambú que se supone que guiarán a los espíritus de los muertos al descanso.
“Debemos superar esta amarga experiencia y realizar mejoras completas”
El presidente de Taiwán, Ma Ying-jeou, visitó hoy los hospitales de la capital para seguir la recuperación de los heridos y pasó por la morgue para consolar a los familiares que examinaban los cuerpos de las víctimas, dijo su oficina.
“Este tipo de incidente de seguridad aérea no solo rompe a un sinnúmero de familias felices pero también afecta al turismo de viajeros de fuera de Taiwán”, dijo la oficina de Ma en un comunicado sobre la visitas, en referencia los 31 pasajeros procedentes de la China continental. “Debemos superar esta amarga experiencia y realizar mejoras completas”, agregó.
Agencias AP y EFE.
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