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Jue. Nov 21st, 2024
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Sola fide(“Solo por la fe Dios salva”)

Sola fidees la enseñanza que dice que la justificación (interpretada en la teología protestante como “ser declarado justo por Dios”, y se asume que significa “salvación”) se recibe sólo por la fe, sin ninguna mezcla ni necesidad de buenas obras, aunque en la teología protestante clásica, la fe salvadora siempre se evidencia por las buenas obras.

Algunos protestantes ven esta doctrina resumida con la fórmula “la fe produce justificación y buenas obras” y contrastada con la fórmula católico-romana “fe y buenas obras producen justificación”.

Romanos 1:17Nueva Traducción Viviente (NTV)

“Esa Buena Noticia nos revela cómo Dios nos hace justos ante sus ojos, lo cual se logra del principio al fin por medio de la fe. Como dicen las Escrituras: «Es por medio de la fe que el justo tiene vida»”.

Este texto será la que cambiaría la vida de Lutero y también del mundo, al entender que el justo vive por su fe, y no por sus obras ni trabajo.

El “Principio Material” de la Reforma fue la justificación solamente por fe.

La fe es la única vía de unión entre Dios y el ser humano, por ende, la fe es lo único necesario para la salvación y Vida Eterna.

La fe implica tanto creer en Dios, como confiar en Dios, entregarse a Él y vivir la vida en esa fe.

Debemos recordar que en la época de Lutero se vivían tiempos totalmente distintos al actual, en donde la Iglesia “vendía” la entrada al cielo por dinero u obras de caridad. Dios mira nuestros corazones y luego nuestras manos. Con esto comprendemos que el pecado no consiste en una suma o acumulación de actos malos, sino en el estado en el cual se encuentra la humanidad toda, que tiene constantemente una mala actitud hacia Dios, y por lo tanto, también hacia el prójimo y hacia sí mismo.

Todo ser humano nace en pecado y permanece hasta su muerte en esa condición, pero gracias a Cristo, Dios nos hace justos a de la fe. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento sostienen esta realidad.

Para vencer este pecado “esencial” del ser humano hace falta un cambio profundo de corazón y de actitud ante Dios y el prójimo, y ese cambio sólo puede venir gracias a la fe que nos es dada por Dios.

Los Protestantes rechazamos la idea de que el ser humano puede salvarse por medio de buenas obras, ya que las obras, para ser “buenas”, deben nacer de un corazón bueno y transformado, de un corazón con fe. Por eso decimos que “sólo la fe salva”.

La promesa de Vida Eterna, entonces, no depende del mérito o de la virtud de los seres humanos sino que es un regalo inmerecido que recibimos por gracia de Dios. Todos los seres humanos somos pecadores y, nos guste o no, tendemos al mal y somos incapaces de contribuir a nuestra propia liberación.  

La fe, entendida como la confianza en el amor infinito de Dios, es la única forma que los seres humanos tenemos para responder al llamado de Dios para confiar en Él y entregarnos a Él. De esta forma la “salvación sólo por la fe” se convirtió en el característico –y polémico– estandarte del Protestantismo.

Por la fe, Cristo se apropia del pecado de los creyentes,  como si Él mismo hubiera cometido el pecado. Así los pecados son absorbidos por Cristo y mueren en Él en la cruz, limpiándonos de nuestras culpas, en virtud de nuestra fe liberada y dotada con la justicia eterna lograda por Jesucristo.

Ya no hay condenación por los pecados una vez que éstos también son de Cristo, porque en Él han muerto para liberarnos a nosotros. Cristo, como Hijo de Dios, hace participar de este don a todos los cristianos, a fin de que por la fe todos sean sacerdotes con Cristo.

Si fuéramos tan necios de pensar en ser justos, libres, salvos o cristianos en virtud de nuestras buenas obras, perderíamos la fe y con ella todo lo demás.

Desde aquí sostenemos que nuestra fe nos llama a vivir en libertad, desde la autoconsciencia de cada uno hacia la búsqueda de servir a Dios y al prójimo, como respuesta al amor de Dios, acto que realizamos libremente y no para “ganarnos” a Dios ni el cariño de nuestros prójimos. En esto consiste nuestra libertad cristiana, en que cada uno –y juntos en Comunidad– alabamos y servimos a Dios por amor, sin esperar nada a cambio, sólo por la fe y la necesidad de externalizar nuestro amor por Dios.

Para reflexionar:

–          ¿Por qué hay iglesias que hacen tanto énfasis en aspectos que no tienen que ver con la justificación por la fe?

–          ¿Has recibido a Jesucristo como Salvador por la fe?

–          ¿Qué enseña tu iglesia sobre la justificación por la fe? O ¿enseña la justificación por las obras de la ley?


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