Desde su primer discurso ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en 1999, el líder socialista Hugo Chávez abogó ante el mundo por trascender los conceptos de la economía capitalista y preconizar un modelo económico al servicio de las necesidades e intereses de los pueblos.
Más allá de un Jefe de Estado, el Comandante Chávez, en sus intervenciones en la ONU, siempre representó la voz olvidada de los pueblos en los foros mundiales, la esperanza de los movimientos populares del continente por reivindicar la integración latinoamericana y un símbolo de lucha por un mundo multipolar y multicéntrico, basado en el respeto a la soberanía e independencia de los países.
Con esas premisas, el Comandante Chávez en la ONU abogó por revisar las relaciones económicas en el mundo y el rol que juegan los organismos internacionales. Todo con el propósito de resaltar la necesidad imperiosa de una economía donde el centro sea el ser humano y no el capital, como vía para erradicar la pobreza, la hambruna y la miseria mundial.
Se trata de darle, como dijo Chávez en Nueva York, un “nuevo rostro” a la economía en procura de facilitar “la satisfacción de las necesidades del ser humano”.
“En este momento planetario, siguen muriendo diariamente seres humanos, pero ahora las cifras se han duplicado, ya no como consecuencia de una guerra mundial. ¡No!, ahora la principal causa de esta horrorosa verdad es la miseria, la marginalidad, el hambre”, dijo Chávez durante la Cumbre del Milenio, también celebrada en Nueva York en 2000.
Era necesario, y aún lo es, revisar y cambiar el modelo económico, cuyas bases yacen en el capital especulativo y salvaje, que oprime a los más pobres.
Para ello, en 2002 durante la Asamblea General de la ONU, el presidente de Venezuela ratificó la idea de crear un Fondo Humanitario Internacional para atender a las naciones más empobrecidas. Cada país debería aportar 10% del gasto militar y 10% de la deuda externa que los países más pobres le pagan a los organismos multinacionales, tales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
Neoliberalismo: camino equivocado
En la ONU, Chávez dejó claro, sin tapujos, que el neoliberalismo y el capitalismo salvaje y especulativo eran causantes de la hambruna, miseria y hambre. “El capitalismo beneficia a una minoría y excluye a la mayoría, y además destroza el ambiente, la vida”, dijo Chávez en septiembre de 2009 durante la Asamblea General de la ONU.
Para superar eso, Chávez insistió en construir una economía al servicio del ser humano y exhortó a combatir el doble rasero de los organismos multilaterales y las posiciones unilaterales asumidas por potencias occidentales como Estados Unidos y el conglomerado de la Unión Europea (UE), para alcanzar la igualdad de los pueblos.
Hoy día, como dijo el líder de la Revolución Bolivariana ante la ONU en el 2000, “lo que hay que dilucidar, entonces, es si el mundo, en este nuevo milenio, seguirá funcionando de esa forma perversa (del capital) o si hay posibilidades de cambio”.
En ese contexto, Chávez enfatizaba en la importancia de impulsar un nuevo orden económico, en la premisa de un nuevo mundo. “El Nuevo Mundo (al que) nos llamaron desde hace siglos, el Mundo Nuevo pudiéramos llamarlo hoy invirtiendo los factores; el mundo nuevo está naciendo”, dijo Chávez en Nueva York, el 24 de septiembre de 2009.
Chávez se refería al mundo multipolar, un mundo que no estuviese marcado por dos polos, mucho menos por uno.
Esa visión se concretó con el surgimiento de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), en 2008; con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), fundada en 2011; con la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América–Tratado de Comercio de los Pueblos (Alba-TCP), creada en 2004.
También con PetroCaribe, nacida en 2005; y con el Mercado Común del Sur (Mercosur), cuya creación fue oficializada en 1991, pero que dio un vuelco los últimos ocho años.
En esos organismos, que surgieron en el siglo XXI, con excepción de Mercosur, aún sigue vigente la prioridad de construir en conjunto un nuevo modelo económico, concebido para mejorar la calidad de los pueblos, una visión en la que el desarrollo económico está de la mano con la justicia social.
La materialización de los discursos de Chávez en referencia a los más necesitados se vieron hechos realidad en estos mecanismos de integración mundial.
Mercosur, por ejemplo, calificado por Chávez como el motor más grande que tiene Suramérica, amplió su visión en cuanto a la defensa de los derechos de las poblaciones más vulnerables.
Otros de los elementos de esta multipolaridad, basada en el bienestar y desarrollo de los pueblos, se ha visto reflejado en la constitución del bloque Brics -integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica-, así como el nacimiento del Banco del Sur y la alianza planteada entre éste y el Banco de Desarrollo de los Brics.
También la unión China-Celac es otro de los pasos en los que se ha avanzado, ampliando de esa forma el mundo pluripolar, multicéntrico y multipolar que Chávez legó.
Hasta la fecha como resultado de las políticas basadas en la justicia social promovidas por Venezuela, y asumidas como bandera por otras naciones, el número de personas que vive con hambre en Latinoamérica y el Caribe disminuyó desde 68.5 millones en 1990-1992 a 37 millones en 2012.
Según el último informe de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) América Latina superó la meta del primer Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM), fijada para 2015.
AVN
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