Las lluvias continuas de las últimas semanas crearon un ambiente húmedo que terminó por afectar a las piezas patrimoniales que reposan en el museo de La Concepción, de Riobamba.
Por esta causa, los expertos consideran que hay riesgo real para este patrimonio cultural.
Debido a ello, representantes del ECU911, del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), religiosas del convento de las Madres Conceptas y del Municipio de Riobamba, se reunieron esta semana.
En la cita analizaron la situación y acordaron iniciar trabajos que permitan arreglar paredes, pisos y techos del museo por los que se está filtrando la humedad. El daño a cuadros y esculturas ya es evidente.
Un poco de historia
En 1799 se refundó la ciudad después del terremoto de 1797 y una de las primeras edificaciones fue el convento de las Concepcionistas Franciscanas, ubicado en las calles Argentinos y Cristóbal Colón.
La infraestructura del museo tiene 215 años y aún conserva su arquitectura antigua. En los pisos se colocaron huesos de carnero en forma simétrica.
El grosor de las paredes de adobe es de un metro. Según los técnicos, la riqueza patrimonial de este sitio es invaluable.
“No podemos dejar que se destruya la historia de nuestra ciudad. Para evitarlo, se creó la Dirección de Gestión de Patrimonio. Apoyaremos en todo lo que sea necesario para precautelar los bienes de la ‘Sultana de los Andes”, mencionó Evaristo Torres, alcalde (e) de Riobamba.
Distribución de espacios
En las 14 salas se exhiben esculturas, lienzos, mobiliario y elementos ornamentales que las religiosas entregaban al ingresar al convento. En 1980, con el objetivo de solventar gastos, se abrieron las puertas del museo al público.
Este sitio resulta atractivo no solo para los devotos católicos, sino para quienes gustan del arte. Se exhiben 200 objetos, muchos de ellos fueron hechos con técnicas antiguas utilizando vejigas de carnero para que las imágenes muestren un encarnado brillante y tomen un aspecto real. Además se conservan varias custodias elaboradas con rubíes, diamantes y piedras preciosas. Hay salas para
mostrar ángeles, crucifijos, la Natividad, María, Misa y Santidad, mobiliario, etc.
Las piedras preciosas se mantienen en una de las salas bajo el cuidado de cámaras de seguridad y equipos electrónicos de última tecnología. “Siempre que llegamos a Riobamba recorremos esta casona. Es interesante conocer la historia que tiene cada imagen, su procedencia y la manera en que fue construida. Considero que deben proteger este patrimonio y cuidar que no se destruya”, mencionó Elvia Valle, turista cuencana.
En la actualidad, el mantenimiento de la edificación y el pago al personal administrativo se solventa con el cobro de entradas al museo ($ 1,50, por persona) así como la venta de recuerdos y artesanías elaboradas por las hábiles manos de las religiosas.
Por eso, se busca promocionar el museo a nivel nacional e internacional mediante trípticos y una página web. Está abierto de martes a sábado de 09:00 a 12:00 y de 15:00 a 18:00.
Foto: Elizabeth Maggi / para El Telégrafo
Fuente El Telégrafo
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