Las semillas de la chía son una de las fuentes vegetales más ricas en ácidos grasos beneficiosos, ayudan a reducir la inflamación, mejoran el rendimiento cognitivo y reducen el colesterol. Veamos cómo actúan en el organismo.
ABC Color
Las semillas de chía son originarias de América del Sur y han sido una parte básica en la dieta de los mayas y aztecas durante siglos. Hoy en día son utilizadas por muchas personas por sus múltiples beneficios para la salud, por su alto contenido de nutrientes. Según Carolina Sosky, nutricionista, “las semillas de chía son ricas en grasas poliinsaturadas, especialmente las denominadas omega 3”.
Por otro lado, las fibras que contienen se asocian con “la reducción de la inflamación, del colesterol y la regulación de la función intestinal. Las semillas de chía son una excelente fuente de fibra; aportan 10 gramos en solo dos cucharadas, esto equivale a un tercio de la ingesta diaria recomendada de fibra por día. Por esta razón son ideales para personas que sufren de estreñimiento”.
Cómo consumir
Carolina apunta que se incluirá en ayunas: un vaso de agua con dos cucharadas de chía disueltas (dejar reposar mínimo dos horas antes o la noche anterior). Se formará un gel, o también agregar una cucharada a las ensaladas y sopas”.
La nutricionista señala que las semillas de chía son ricas en antioxidantes que ayudan a proteger el cuerpo “contra los radicales libres, combatiendo y previniendo el envejecimiento y el cáncer”.
Otros factores interesantes son los minerales que aporta: “dos cucharadas de semillas de chía contienen 18% de la recomendación diaria de calcio, 35% de fósforo, 24% de magnesio y aproximadamente el 50% de manganeso. Estos nutrientes ayudan a prevenir la hipertensión y mantener un peso saludable, y son importantes para el metabolismo energético y la conservación de huesos sanos y fuertes”.
Ayudan a adelgazar
“La saciedad es la sensación de estar lleno, que ayuda a controlar el deseo de comer entre comidas. La combinación de proteínas, fibras y la acción de gelificación de las semillas de chía cuando se mezcla con líquidos, contribuyen a sus efectos saciantes”, según la especialista. Además “no contienen gluten, lo cual las hace ideales para ser consumidas por personas celiacas o intolerantes al trigo. Aportan los mismos nutrientes que otros granos integrales”.
Puede utilizarse en personas vegetarianas como sustituto de huevo, según dice Carolina, porque “el gel que forman con el agua se utiliza en lugar de huevos para bajar el colesterol y aumentar el contenido de nutrientes de los alimentos y productos horneados”. Para este fin aconseja mezclar una cucharada de semillas de chía con tres cucharadas de agua y dejar reposar 15 minutos.
“Reducen el colesterol malo, los triglicéridos y aumentan el colesterol bueno”, destaca.
En Inglaterra
Un estudio publicado en el British Journal of Nutrition demostró que “las semillas de chía pueden reducir los triglicéridos, los niveles de colesterol y aumentar el HDL o colesterol bueno. El estudio también encontró que cuando se sustituye la chía por otras fuentes de grasa, como el aceite de maíz es capaz de prevenir los niveles altos de triglicéridos y reducir la obesidad central o abdominal”.
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