El sueldo mínimo en Chile es una verdadera maquina engendradora de exclusión, delincuencia y rabia. Trabajar todo un mes y seguir siendo pobres es una maldición que la tradicional clase política chilena no está dispuesta a eliminar, arguyendo falsos dilemas, como el que reza que las principales empresas que contratan trabajadores por el sueldo mínimo son las pequeñas y medianas, olvidando que el estado puede perfectamente subsidiar a estas fuentes de trabajos a través de las cotizaciones simplemente trasladando a éstas los multimillonarios bonos y perdonazos que año a año inyectan a las grandes empresas, principalmente ligadas a la explotación de RRNN pertenecientes -en teoría- a todos los chilenos.
Ante este sombrío panorama, algunos jóvenes diputados tienen la suficiente valentía y rectitud ética como para develar las contradicciones morales de nuestra clase política, entre ellos está Giorgio Jackson.
fuente: politicaysociedad.net
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